RETRODEZCAN

Este imperativo es del todo incorrecto pero me resulta más contundente que el original RETROCEDAN. Por lo tanto, si la Real Academia de la Lengua Española me lo permite, desde hoy en adelante haré uso exclusivo de él.
Con RETRODEZCAN pretendo dar a conocer parte de mi obra pictórica, escultórica, fotográfica y, en menor proporción, literaria y, a la vez, mantener una corriente de opinión sobre los acontecimientos de naturaleza artística de hoy día.
Espero que tomeis la sabia decisión de manteneros a una distancia prudencial de mis opiniones aquí vertidas que no siempre tienen por que ser del agrado de la mayoría; ¿o, sí?

lunes, 21 de agosto de 2017

TERROR EN CATALUÑA


Los últimos actos terroristas cometidos tanto en Barcelona como en Cambrils han sumido a la población de Cataluña en un desasosiego tal que todos estamos queriendo vislumbrar las distintas posibilidades de volver a ser de nuevo víctimas inocentes en cualquier punto y por parte de cualquier célula yihadista incubada lentamente en algún barrio de la periferia de las grandes ciudades catalanas; tal es el estado de inseguridad al que hemos estado sometidos a lo largo de estos aciagos días. Sin embargo y por una cuestión no sólo de carácter semántico, muchos estamos en total desacuerdo con la aparente soberbia que implica el eslogan anónimo esgrimido últimamente por la ciudadanía en general y “aprobado” por los distintos representantes políticos de la Alcaldía de Barcelona y Generalitat de Catalunya y que reza del modo siguiente: “NO TENIM POR” (No tenemos miedo).

La frase en sí rezuma un moho de soberbia  por cuanto el miedo no es algo descartable a voluntad y muchos de nosotros sí que, efectivamente, albergamos ese miedo que nos incita a sospechar que algo similar puede volver a ocurrir sin que podamos ni siquiera evitarlo si no se toman otras medidas adicionales adecuadas. Pero sí defiendo que el miedo genera mecanismos de defensa más o menos eficaces frente al terrorismo que pueden salvar vidas inocentes como, por ejemplo y por citar sólo uno, la instalación de bolardos en los puntos de intersección en las Ramblas o la Sagrada Familia. Por otro lado y desde el punto de vista estrictamente semántico, hubiera resultado mucho mejor haber sido más humildes y sin otras pretensiones haber conjugado el verbo de manera bien distinta; en modo subjuntivo: “NO TINGUEM POR” (No tengamos miedo).

No parece lo mismo una soberbia aseveración incierta que un humilde ruego de esperanza.

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