¡¡Buen dibujo, como siempre, aunque no sé cómo
gastas la mina con semejante cretino!!
Esta contundente
frase, -referida a un dibujo hecho por mí de Albert Boadella-, corresponde a la
opinión, vertida sobre el personaje, de un gran amigo mío cuyo nombre me
reservo con cariño pero cuya contundencia demuestra en sí misma hasta qué punto
el dramaturgo y actor, posicionándose como catalán anti independentista, ha
sido, con una única frase, despojado sin piedad ni criterio de su más que demostrada
gran trayectoria teatral y de lucha antifranquista durante gran parte de su eterna juventud.
Este sencillo ejemplo
pone a las claras de manifiesto la gran ruptura emocional habida hoy entre
todos aquellos amigos que como en este caso, así como en aquellos otros del
periodo de guerra civil española y por muy distintas razones, también amigos y
familiares se vieron obligados por las circunstancias a permanecer a uno u otro
lado de aquellas tendencias políticas que espolearon una absurda guerra de tres
años que espero y deseo que hoy no se produzca en Cataluña.
Sin embargo y pese a
ese guante de fina seda que mi entrañable amiguito
catalán me arroja en el día de hoy a
la cara, no deja de ser para mí una simpática y emotiva venial provocación para
que con tal excusa decidamos coincidir (como de casualidad), -en cualquier
momento y el cualquier bar desconocido-, descorchando y brindando frente a un
par de frescas botellas de cervezas de las que tanto están ahora de moda;
siempre y cuando su extraordinaria y sana afición al deporte del ciclismo no le
prive de tal privilegio en compañía de un charnego.
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