Este Blog pretende, aparte de entretener, mostrar parte de mi producción artística en materia de pintura, escultura, fotografía y literatura. Espero haberlo conseguido
RETRODEZCAN
Este imperativo es del todo incorrecto pero me resulta más contundente que el original RETROCEDAN. Por lo tanto, si la Real Academia de la Lengua Española me lo permite, desde hoy en adelante haré uso exclusivo de él. Con RETRODEZCAN pretendo dar a conocer parte de mi obra pictórica, escultórica, fotográfica y, en menor proporción, literaria y, a la vez, mantener una corriente de opinión sobre los acontecimientos de naturaleza artística de hoy día. Espero que tomeis la sabia decisión de manteneros a una distancia prudencial de mis opiniones aquí vertidas que no siempre tienen por que ser del agrado de la mayoría; ¿o, sí?
También me he acordado mucho de mis padres y mi hermano Pepe. He tratado de inmortalizarlos a todos aprovechando la oportunidad que nos brindan los profesores de retratar a nuestros familiares más cercanos.
Se trata de un estudio previo al óleo para un definitivo retrato de mi padre.
Se aproxima el final de curso en la Facultad de Bellas Artes y los distintos trabajos se acumulan a la espera de la evaluación final. Los nuevos planes de los acuerdos de Bolonia nos han puesto algo nerviosos pero, aún así, los alumnos nos encontramos metidos de lleno en lo que realmente nos preocupa por el momento: LA CREACIÓN.
Mi hija Dácil tendría unos pocos añitos cuando le tomé esta foto en el muelle del Puerto de la Cruz. Hoy me ha servido de inspiración para un cuadro de grandes dimensiones al óleo sobre lienzo.
Espero que os guste.
Acaba de sacar al mercado su nuevo proyecto discográfico, El Círculo del Amor
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ALMUDENA CRUZ SANTA CRUZ DE TENERIFE
La cantante tinerfeña Dácil López acaba de sacar al mercado su nuevo
proyecto discográfico, El Círculo del Amor. Formada en la Escuela
Superior de Música de Cataluña, una de las más prestigiosas del país,
la canaria se define como una artista "sólida" a la que le avalan años
de trabajo y su paso por distintos proyectos entre los que destacan La
Banda del Zurdo o la compañía de danza Sol Picó.
Ahora,
con el nuevo disco entre sus manos, López habla de sus canciones con la
ilusión de haber construido un discurso que considera "tremendamente
original. Creo que este es un paso estilístico, muy nuevo. No se
identifica con ningún estilo, muestro colores y facetas distintas",
asegura desde Barcelona.
El Círculo del Amor ya ha empezado a
sonar en emisoras de Cataluña, especialmente en Radio3, donde el
programa Capitán Demo la ha bautizado como "la nueva Amy Winehouse
española". La artista, que firma todos los temas del disco, explica que
"me acompañan músicos prestigiosos, los mejores. Todos están vinculados
a la escena del jazz catalán".
López ha autoeditado y producido
el trabajo, que ya puede adquirirse en la plataforma itunes y a través
de su página web (www.dacillopez.com). "La venta en tiendas ya no
funciona, así que lo distribuyo yo misma, a través de internet y en los
conciertos", asegura.
Como próximas citas en la agenda de esta joven
intérprete destacan su participación en el próximo Festival de Jazz de
Barcelona. No obstante, acaricia la posibilidad de traer este disco a
las Islas como un verdadero sueño. "He crecido como artista en
Cataluña, donde me he formado y he desarrollado mi actividad. Canarias
exporta mucho talento, lo veo entre mis propios compañeros de la
Escuela Superior de Música, pero falta que luego ese talento regrese de
alguna forma a las Islas", detalla. Y es que, indica, el proyecto
musical que encabeza "cuenta con la ventaja de que tiene cabida en
cualquier tipo de festival. Es muy abierto, tiene jazz, rhythm and
blues y va desde el rock hasta el pop. Mi ilusión es dar una pequeña
gira de conciertos por Canarias", reitera.
Los artífices de El
Círculo del Amor, con la tinerfeña Dácil López al frente, han sido
escogidos por el departamento de cultura de la Generalitat de Cataluña
para protagonizar una gira por varias ciudades. "Estoy muy centrada en
todos los proyectos personales que están surgiendo. Tengo este disco,
que me apetece trabajar a fondo, y otro que grabaré en breve con
versiones de la gran Nina Simone. Además, estamos trabajando en otra
idea que combinará la música y la poesía", destaca.
López, que pese
a llevar muchos años en Cataluña se siente "canaria al cien por cien"
cree haber dado un "paso más hacia mi madurez como cantante y
compositora". Su voz es el mejor baluarte de sus ganas por proseguir el
camino de la música.
"Sería un buen momento para que en Canarias se
me abriera una nueva puerta. Pienso en este disco como en la prueba de
la solidez de mi carrera y me apetece muchísimo llevarlo hasta mi
tierra, allí esta buena parte de mi familia", concluye.
Invitado
a participar en el proyecto de Configuraciones
Urbanas organizado por el Ayuntamiento
de Barcelona con motivo de los Juegos
Olímpicos de 1992, el artista Juan
Muñoz intervino con una instalación escultórica de carácter narrativo cuya
función integradora no deja lugar a duda sobre el firme propósito del autor de
incorporarla en el tejido urbano de la ciudad, haciendo partícipe al propio
espectador de sus propias incertidumbres, sus recelos o su rotundo compromiso con la
sociedad en la que le ha tocado vivir.
Juán
Muñoz (1953-2001), desgraciadamente, murió joven, a la edad
de 48 años pero su corta trayectoria artística nos ha dejado ejemplos como La habitacióndonde siempre llueve, ubicada muy cerca de la playa, en la Plaza
del Mar del populoso barrio de la Barceloneta.
A medida que el espectador
va acercándose al lugar, distingue, aún en la distancia, lo que puede parecer
un diminuto oasis bajo cuyos árboles una cabaña enrejada de hierro cobija en su
interior a cinco figuras supuestamente dialogantes. Merced a un sofisticado
sistema de irrigación, en su interior siempre llueve; de ahí su título.
Muchos han querido ver en
esas cinco figuras una alegoría a los cinco continentes, protegidos del
exterior por la solidez del enrejado de hierro y siempre a la sombra de los dos
únicos árboles del entorno.
Como muchas de las figuras
ideadas por Muñoz, estas también tienen forma de “tentempié” que se yerguen a
partir de una base esférica y dotándolas de un halo tan misterioso que,
incluso, puede resultar hasta conmovedor.
La
relación que La habitación donde siempre
llueve mantiene con su entorno más inmediato es total. El diálogo, el
cobijo, la sombra y el agua que comparten los personajes se aproxima muchísimo
a la idea que se tiene de las
convenciones de carácter social que caracterizan a los habitantes de las
zonas costeras mediterráneas como puedan ser los del barrio marinero de la Barceloneta.
En este sentido su integración en el espacio
público resulta del todo eficaz y garantiza, - por parte del espectador-, la
aceptación indiscutible en el entramado
urbano de la zona.
Mi gran amigo Antonio Dorta a quién conocí, por fín, personalmente en la Semana Santa de este año en La Laguna, me ha enviado un documento gráfico de sumo interés sobre mi hermano aparecido en el diario AIRE LIBRE del año 1963 y que reproduzco aquí con la particularidad de que aquella entrevista a PEPE BONILLA le fue realizada por el entonces comentarista deportivo JUAN CRUZ RUIZ.
Es curioso observar que como "alias" deportivo mi hermano utilizara mi propio nombre: ZOILO
Ausentes de la ciudad, lo hemos sabido por Juan Cruz, quien siempre me
preguntaba por él. Ha escrito Juan una bella glosa en su blog. Y no menos
bella, desde luego, es la de su hermano Zoilo que ha volcado en cada frase, en
cada línea, la verdad genuina del sentimiento fraternal.
José López Bonilla. Pero todos le conocíamos por Bonilla. Le vimos pintar,
iniciar un cortometraje, leer a Kafka, tocar la guitarra, componer, trabajar en
la notaría, jugar al fútbol... Hizo de todo en el pueblo que conocía
detalladamente, aunque sus silencios y su discreción dieran a entender lo
contrario. Un polifacético a su modo, y a su medida.
'Boni' era la bondad personificada.
Eran nuestros primeros años de bachiller, en el inolvidable colegio de segunda
enseñanza "Gran Poder de Dios", cuando ya Bonilla mostraba sus
inquietudes artísticas. Atraído por el cine y por la música, puso en marcha una
suerte de productora (Elcipi, creemos recordar, junto a Perera González y Pérez
Yanes) que llegó a iniciar el rodaje de un cortometraje. La escena de un
atropello se filmó un domingo por la mañana en la intersección de las avenidas
Venezuela y Colón, cuando aún no eran peatonales. El empeño de 'Boni' era
merecedor de un buen acabado.
Una vez, en la plaza de la Iglesia, nos dijo: "Ven acá, repíteme esa
estrofa. Tú tienes un oído del carajo". Debía estar vacilando, claro.
Porque también estaba dotado de un fino sentido del humor en aquellos años
sesenta en que intentábamos despegar y los mayores trataban de romper
convencionalismos y anacronismos a base de imaginación verbal y 'golpes' de
efecto.
Tocaba el bajo. Lo hacía francamente bien. Se esforzaba, pedía partituras y
repetía acordes las veces que hiciera falta. A los chicos nos dio por seguir
los ensayos prácticamente diarios en una vieja casona de la calle Doctor Ingram
y también en un local del desaparecido Frente de Juventudes, a la espera de
algún festival o de una actuación en algún barrio. 'Boni' hizo versión de uno
de los primeros éxitos del grupo "Lone Star", titulado "Amor
bravo". También tocó durante un tiempo los domingos por la tarde en el
siempre recordado "Cintra" de la playa de Martiánez.
Le apasionaba el "soul". Aretha Franklin, Ottis Redding, Desmond
Dekker, Arthur Conley, Percy Sledge... cualquier intérprete de aquel estilo era
genial para él. De Ottis memorizó "Sittin on the dock of the bay",
que tenía una parte silbada. Cuando coincidíamos, la repetíamos.
No se perdía un programa que emitían los miércoles por la noche en la televisión
en blanco y negro. La memoria no alcanza para plasmar el nombre del presentador
de aquel espacio "Tren de medianoche", al que Bonilla imitaba hasta
la exactitud en un gesto de subir los ojos cuando despedía.
Curiosamente, la parte menos seria, o la más frívola del Bonilla amante de la
música, la protagonizó en una de aquellas sesiones de escala en hi-fi, cuando
hizo de Henry Stephen en su "Limón, limonero".
Jugó al fútbol en equipos de categorías inferiores y de aficionados. Tenía un
estilo peculiar y suplía con buen manejo de balón su falta de velocidad.
Izquierdista convencido y practicante, José López Bonilla era madrugador. Y
dando vueltas a la plaza, muy temprano, siempre se interesó por problemas
sociales y siempre procuró informarse para dar respuesta adecuada a cuestiones
que suscitaba la política nacional. La local, como que le gustaba un poco
menos. En el ejercicio de la alcaldía, nos animó muchas veces, al clarear,
después de leer algún titular de prensa con el que discrepaba.
Se ha ido en silencio. Quienes sabíamos de sus problemas procuramos siempre
animarle. Era muy realista con sus gestos y su mirada. El valor de la
discreción, de la circunspección, tuvo en Bonilla un representante de
vanguardia.
Hasta siempre, 'Boni'.
Creo que aquel decorado de
ensueño siempre, -y sin darnos cuenta hasta mucho más tarde-, le vino grande a mi
familia. Aunque en un principio parecimos encajar perfectamente en él, tuvimos por
contra el inconveniente de no haber
pertenecido nunca a aquel soberbio paisaje donde de continuo recibíamos suaves aunque discretos empujoncitos para sacarnos de sus
límites. Allí se movían a la perfección todos aquellos cuyas raíces permanecían
desde su nacimiento vinculadas a su tierra y a su mar.
Un mar por el que mi hermano Pepe y yo
sentíamos una gran debilidad y cuyas olas rompían con energía contra aquel
bastidor rocoso que sostenía el lienzo multicolor, multiétnico y casi
multinacional que propiciaba la industria de un turismo cada vez más emergente
y que años más tarde se iría
deteriorando de tal manera que hasta corríamos el serio riesgo de que en su desplome quedáramos sepultados para siempre bajo su pesado lienzo, afectando, de manera especial, a los foráneos y advenedizos como nosotros.
Cada uno defendía el sitio que verdaderamente le correspondía y es justo
reconocer que esa prioridad se la adjudicaran los allí nacidos y arraigados.
Mi hermano Pepe y yo proveníamos
de un desarraigo social donde, desde niños, nuestro mayor entretenimiento consistía
en asistir a presenciar, desde la desconchada acera, como se derretía el piche
de la carretera general durante los intensos días de sol en pleno verano. Aquel
suburbio inhóspito al que dividía en dos la cinta de alquitrán derretido no era
otro que La Cuesta. El nuevo decorado portuense no sólo se componía de un precioso paisaje físico que en absoluto alteraba nuestra tímida presencia en él sino que nuestros deseos, nuestras esperanzas y nuestro futuro también tenían cabida en un reducido espacio sentimental, invisible para el resto pero no para nosotros, los que llegamos de La Cuesta mientras el piche de su carretera general continuaba derritiéndose año tras año bajo el sol implacable de aquellos calurosos veranos ya pretéritos. De haber sido un espacio visible, esa reserva sentimental sobre el lienzo de aquel distinto y hermoso paisaje hubiera explicado muchas cosas sobre nosotros, sobre mi querido hermano Pepe y yo que muchos desconocian. Una suerte maléfica parecia perseguir desde siempre a mi familia, cebándose, sobre todo, en nosotros, en mi hermano y en mí. En forma de oscuro moho enlutado, aquel incomprensible maleficio terminó poco a poco por apoderarse del lienzo multicolor que para nosotros significaba el Puerto, escudriñando, acechándonos desde cualquier esquina sin que Pepe y yo pudiéramos hacer nada por evitar la castración artística, intelectual, lúdica, deportiva, etc. a la que nos tenía sometidos. Y así, el bastidor que lo sostenía se fue deteriorando, se fue pudriendo bajo el peso de su funesta influencia, con peligro para nosotros , los que un día llegamos desde de La Cuesta con tan buenas intenciones de futuro. Mucho antes de que aquel pesado telón de fondo terminara por caer irremisiblemente sobre la ya endeble figura de mi querido hermano Pepe, sepultándolo para siempre, yo ya me había descolgado de aquel rancio decorado que lentamente se iba desdibujando en la medida que aquel moho enlutado se apoderaba paulatinamente de él. Junto a mi nueva familia, Carmen y Dácil, me refugié en uno nuevo, luminoso, abierto, con sus cuatro estaciones y sus cuatro puntos cardinales de los que sólo me interesaban dos: al Norte Los Pireneos, al Sur el Mediterráneo. Sin embargo y con permiso del excelente músico y compositor, también siempre podré cantar: .......y que le voy a hacer, Serrat, si yo no nací en el Mediterráneo?