RETRODEZCAN

Este imperativo es del todo incorrecto pero me resulta más contundente que el original RETROCEDAN. Por lo tanto, si la Real Academia de la Lengua Española me lo permite, desde hoy en adelante haré uso exclusivo de él.
Con RETRODEZCAN pretendo dar a conocer parte de mi obra pictórica, escultórica, fotográfica y, en menor proporción, literaria y, a la vez, mantener una corriente de opinión sobre los acontecimientos de naturaleza artística de hoy día.
Espero que tomeis la sabia decisión de manteneros a una distancia prudencial de mis opiniones aquí vertidas que no siempre tienen por que ser del agrado de la mayoría; ¿o, sí?

lunes, 3 de julio de 2017

DOS PUNTOS DE VISTA (Juan Cruz Ruiz)


JUAN CRUZ RUIZ, periodista y escritor canario

domingo, 2 de julio de 2017

TRÍO DE PERIODISTAS Y ESCRITORES


Por fin he podido reunir en un sólo elemento al trío de periodistas y escritores canarios de quienes he venido hablando hace ya algunos días. De izquierda a derecha: Juan Cruz, Andres Chaves y Salvador García.

viernes, 30 de junio de 2017

SALVADOR GARCÍA LLANOS (periodista)




Aún no la considero definitiva pero mi impaciencia me obliga a mostrar la secuencia de la futura mejora; aunque resulta más difícil al no tener presente al modelo. No obstante, continuaré trabajando en ello aunque sólo sea en beneficio de mi propia reputación artística y la de la propia profesional de Salvador.

martes, 27 de junio de 2017

JUAN CRUZ RUIZ





Continuando con el carácter dramático de mis caricaturas, hoy me complace mostrar la del escritor y periodista JUAN CRUZ RUÍZ.

Como ya he anunciado anteriormente, estoy decidido a continuar trabajando en la consecución de una serie de caricaturas dedicadas todas ellas a plasmar el carácter de conocidos periodistas canarios que he tenido el gusto de conocer.

lunes, 26 de junio de 2017

COLABORACIONES EN DIARIOS

Hace ya algunos años, un sagaz periodista y magnífico escritor en ciernes al que tengo mucho que agradecer y cuyo nombre me reservo por prescripción casi facultativa, sugirió al entonces director del diario LA OPINIÓN, Joaquín Catalá, la posibilidad de publicar en la última página de dicho periódico una serie de fotos en blanco y negro de mi autoría y con comentarios propios relacionados con el Norte de la isla y muy concretamente con el Puerto de la Cruz. 

Desafortunadamente para mí, a partir de la segunda entrega, las fotos publicadas en el diario no sólo se mostraban completamente empastadas (en el argot, sin tonos intermedios y totalmente oscuras) sino que, además, fueron inexplicablemente difundidas con los llamados pies de fotos intercambiados, de modo que aquellos no se correspondían con las imágenes previamente elegidas por mí. Como quiera que a la vista de la pésima reproducción de las mismas me pusiera en contacto con el Sr. Catalá para advertirle de la falta de compromiso profesional por una labor gratuita llevada a cabo por mi parte y rogándole encarecidamente que intentara  subsanar, cara al futuro, el desafortunado error cometido por su periódico, ni que decir tiene que no obtuve de su parte ningún  compromiso que me garantizara, cuanto menos, la correcta difusión de futuras entregas por lo que creí conveniente ponerle  en la disyuntiva, como así hice, de dar por finalizada mi colaboración gráfica con el mencionado diario si no se atendían  mis reivindicaciones profesionales, sin que hasta la fecha haya obtenido ningún tipo de respuesta al respecto.

Probablemente, el Sr. Joaquín Catalá no hubiera podido evitar en su día el compromiso contraído con mi mentor, -periodista y escritor-, por cuya mediación, y eso parece ser lo único que justifique su animadversión hacia el intermediario, -es decir, hacia mí-, quién, a su juicio, resultaría ser único responsable, aunque indirecto, de una forzada colaboración que él nunca hubiera deseado para su propio periódico pero que a tenor de ciertas recomendaciones pretéritas, también él hubiera resultado beneficiado de una situación semejante con el nombramiento de director de un diario como LA OPINIÓN y, además, cobrando.  

Esa manera que algunos tienen de ningunear el trabajo responsable de los demás, en realidad los coloca en una situación de franca desventaja respecto de la eficacia con las que esos otros pueden contribuir a la mejora de cualquier tipo de producción llevada a cabo en comandita frente a la feroz competencia en los mercados tanto nacionales como internacionales, independientemente de la jerarquización mantenida en el seno de la propia empresa, pero eso es algo que al Sr, Catalá ni le importa ni le interesa. Por el momento continúo repasando la POLÍTICA de Aristóteles

ILUSTRADORES GRÁFICOS

A pesar de todas las facilidades que hoy nos ofrecen las nuevas tecnologías en relación con la comunicación, el diseño, la creación artística por ordenador, la fotografía o el dibujo, desde niño siempre soñé con la remota posibilidad de llegar a convertirme algún día en el reportero gráfico del estilo de aquellos otros que existieron anteriores a la máquina fotográfica y que, sirviéndose simplemente de lápiz y papel, recorrían los escenarios más diversos donde se producía la noticia: desde los frentes de batalla hasta las salas de juicios para dar testimonio, a través del dibujo, de lo que allí acontecía. Ilustrar con acierto los acontecimientos acaecidos desde la creación de los tabloides no parecía tarea fácil. El dominio del llamado dibujo en movimiento resultaba tan del todo imprescindible como también romántico y es de agradecer que todavía hoy, en muchos juicios, sobre todo en EE.UU, donde no se permiten la entrada de cámaras fotográficas, los periódicos envíen en su lugar y en su representación a un ilustrador capaz de captar la esencia misma del acontecimiento en cuestión.

Aquel sueño infantil no lo pude satisfacer de mayor. Cuando por fin alcancé la pubertad, la fotografía había suplido con éxito aquella idea primitiva mía de llegar a ilustrar las cabeceras de los periódicos más importantes del país. Aun así, tuve por el contrario la gran fortuna de que a los dieciséis años cayera en mis manos la primera cámara fotográfica: una VOIGTLÄNDER de 35 mm. con la que hice mis primeras fotos.

Lamento no haber sido periodista. Me hubiera gustado mucho pero, en cualquier caso, no estoy del todo convencido de haber podido alcanzar las excelencias que otros amigos míos han adquirido como profesionales de los distintos medios en Canarias y la península: me refiero a los cualificados Juan Cruz, Salvador García o Andrés Chaves, por citar sólo tres de los muchos profesionales que conozco licenciados en Ciencias de la Información.

Me complace mucho dedicar un sincero homenaje a todos ellos y para ello me gustaría comenzar por el último de los tres citados anteriormente: Andres Chaves, del que espero su consentimiento previo para la publicación en exclusiva en EL DIARIO DE TENERIFE de su retrato-caricatura.
Debo advertir sin embargo que simplemente están dibujados sobre folio ordinario Din A4 y lápiz asimismo ordinario del nº 6 u 8

viernes, 23 de junio de 2017

De Guindos y Dolores de Cospedal (PARTIDO POPULAR)



Me encantan los personajes clásicos del Partido Popular

ANDRÉS CHAVES (PERIODISTA)

El dibujo, sobre todo el retrato, me apasiona y, al mismo tiempo, su ejecución me relaja. A pesar de no disponer del modelo ante mi presencia, suelo recurrir a alguna foto encontrada para realizar lo que también me distrae bastante que es la caricatura. En ese sentido y como homenaje a alguien que no veo desde hace muchos años he decidido publicar la del amigo Andres Chaves a quien le pido permiso por anticipado por el tratamiento que hago de su físico sobre el papel y desearle de paso un afectuoso saludo.















domingo, 18 de junio de 2017

NIÑO MARHUENDA

Los adultos de mi generación, es decir, aquellos que nacimos a mediados de los años cuarenta del pasado siglo estarán de acuerdo conmigo en admitir que los niños de entonces no solíamos tener, en general, sobrepeso. Quizá el motivo de aquella frágil delgadez infantil se debiera a la total ausencia de bollería industrial en los mercados de entonces o más bien a la falta de nutrientes indispensables de cualquier otro tipo que ni yo mismo echo de menos hoy en día. Sea como fuere, no creo en absoluto que los planes de desarrollo del régimen de entonces, paralelos a aquella inestimable ayuda americana que Cáritas Española se ocupaba de distribuir entre los pobres, fueran más que suficientes, a pesar de todo, para conservar nuestra esbelta figura sin llegar a plantearte siquiera si aquella leche en polvo de la que nos proveían semanalmente los curas, sería o no perjudicial para nuestra sólida salud, máxime cuando niños como yo la comíamos (no la bebíamos) en taza, rociada sobre la superficie de azúcar de caña de Cuba, con cuyos blancos sacos, por cierto, regalados por el ventero del barrio,  mi madre solía confeccionarnos unas excelentes y frescas camisitas de verano que estrenábamos por San Roque en La Laguna.

Este preámbulo lo traigo a colación porque ya con los años, recordando nuestra primera etapa escolar, admito haber echado mucho de menos la figura del típico compañero de clase algo más gordito que nosotros y que por su notada ausencia sólo habíamos de encontrarle, como simpático personaje, formando parte de las viñetas de los “colorines” que de vez en cuando alquilábamos, para leerlos sentados, delante del “carrito” de caramelos que por una perra gorda su propietario nos permitía ojear durante un tiempo determinado. 

Cuando en la actualidad, en los distintos programas de radio o televisión me tropiezo con el tertuliano y director del diario La Razón Francisco Marhuenda, me viene a la memoria la entrañable y obligada ausencia de aquel supuesto compañero de clase entrado en kilos, con gafitas, listillo y que en realidad nunca tuvimos la mala suerte de tener, a pesar de habérmelo imaginado a menudo zampándose unos suculentos bocadillos de mortadela en el recreo, bien alejado de todos nosotros, en un fresco rincón sombreado del patio del Colegio de San Fernando de La Cuesta.

Me enerva muchísimo tener que escuchar siempre en boca de Marhuenda,  en cualquiera de sus alocuciones, ese ¿no? como coletilla, para él indispensable, al final de cada una de las frases u oraciones con las que interviene en las tertulias bien radiofónicas o televisivas. Ello me da derecho a pensar dos cosas: o que no se encuentra del todo seguro del papel público que desempeña como director de La Razón en beneficio del partido en el que milita o que con ese ¿no?, -que siempre tiene por costumbre-, sólo pretendiera demostrar una palpable forzada evidencia; como si el resto de contertulios no alcanzáramos  a comprender del todo.


sábado, 17 de junio de 2017

CONSERVAS CANARIAS

Tal y como algunas voces vienen pronunciándose desde hace tiempo en Canarias, afirmando de forma tajante que el poder  económico y político en las islas se lo reparten entre sí un puñado de conocidas familias pertenecientes a la todavía hoy presente oligarquía insular, debo decir que no me extraña en absoluto entonces que sus representantes en el parlamento se hallen dispuestos, -a fin de mantener el poder omnipresente en el archipiélago-, a pactos antinaturales con el PP como el que se ha producido recientemente en las negociaciones mantenidas con el Ejecutivo con la excusa manifiesta del beneficio que supone para los isleños la parte del presupuesto arrancado y destinado a Canarias a cambio de la permanencia indefinida del PP al frente del Gobierno.

No digo ya con anterioridad, en plena dictadura militar, pero los canarios, en general, sí que siempre hemos demostrado, desde hace cuarenta años para acá, esa total, a mi juicio, dependencia del Gobierno de turno de la nación, extrañamente envueltos en un cierto tufo de miedo atávico, ancestral, -diría yo-, que no nos ha permitido jamás gobernar sin complejos en favor de nuestros propios intereses,  condicionados como siempre han estado éstos por antinaturales razones estratégicas de perpetuarse en el poder (ATI, AIC, CC) ese puñado de familias a las que antes he aludido y que, desgraciadamente, han regido, con pésimos resultados, los destinos económicos y políticos de esa comunidad canaria en los últimos tiempos, por no decir siempre.

A la vista de los postreros acontecimientos políticos acaecidos en materia de gobierno, somos muchos los canarios que nos alegramos de haber conseguido descubrir en su día otros horizontes menos sombríos a pesar de correr otros muchos riesgos también menos confortables que como el clima, por ejemplo, hemos tenido que soportar durante años en aras de un futuro algo más prometedor para nuestros propios intereses en distintas comunidades de la península, donde el ciudadano, sin ser tan sumiso como hemos sido los  canarios , ha sido capaz de plantarse en la calle para exigir de los responsables políticos todos aquellos derechos que por ley les corresponde y ganarse a la vez el obligado respeto de sus representados a los que ellos mismos han votado y colocado en el parlamento en unas elecciones consideradas totalmente libres.

Siento vergüenza ajena cuando desde el confort que me proporciona mi domicilio, observo en el televisor el soberano ridículo protagonizado por los políticos canarios en el parlamento, siempre sumisos e ignorando por completo las exigencias de una masa social que les aupó en el poder y que continúa sufriendo las ausencias de imprescindibles mejoras sociales, allá lejos, en ultramar.