No me gustaría pasar por alto la solida presencia de una serie de personajes que fueron contemporáneos de mi generación y que formaron parte de la mayoría de eventos espontáneos o programados que componían la estructura de la cultura del ocio de la que no solo se beneficiaban los turistas sino, además de todos nosotros los portuenses, aquellos otros desplazados desde distintos puntos de la propia isla.
Digamos que la mayoría nos sentíamos obligados a convivir con una serie de gentes que le otorgaron al Puerto, a nivel popular si se quiere, de un auténtico y lúdico "caché" basado en el mito que rodeaba, por distintas y obvias razones, a la mayoría de estos personajes que solían pertenecer, sobre todo, al entramado de diversión nocturna que la ciudad ofrecía no solo para el turismo propiamente dicho sino también para el resto de isleños que, atraidos por todo aquello que representaba el Puerto, acudian desde los lugares más distantes de la isla dispuestos a vivir por un día la noche más larga de sus propias existencias.
Digamos que la mayoría nos sentíamos obligados a convivir con una serie de gentes que le otorgaron al Puerto, a nivel popular si se quiere, de un auténtico y lúdico "caché" basado en el mito que rodeaba, por distintas y obvias razones, a la mayoría de estos personajes que solían pertenecer, sobre todo, al entramado de diversión nocturna que la ciudad ofrecía no solo para el turismo propiamente dicho sino también para el resto de isleños que, atraidos por todo aquello que representaba el Puerto, acudian desde los lugares más distantes de la isla dispuestos a vivir por un día la noche más larga de sus propias existencias.
En las fotos aparecen TATO PERERA, fotografiado a lo James Dean