Con este pregón de las Fiestas del Puerto de la Cruz pongo punto y final a este último bloque de comentarios sobre la hospitalaria ciudad que me vió crecer. No obstante, este magnífico texto de Margarita Rodríguez Espinosa que reproducimos hoy aquí fielmente, sirvió para todo lo contrario; de apertura a los festejos que, como cada año, se celebran en favor de Nuestra Señora de la Virgen del Carmen .
Dignisimas autoridades, candidatas a reina de las fiestas y familiares, vecinos y vecinas del Puerto de la Cruz, amigos todos: para mi fue un honor recibir la propuesta de ser pregonera de las Fiestas de Julio. Probablemente el cargo me quede grande, pero no pude rechazar la oportunidad de mi vida: devolverle al Puerto aunque sea una parte minima de lo mucho que el me ha dado. Es muy breve el tiempo de que dispongo para hacerlo, pero espero que sea suficiente para homenajear al Puerto en unas pocas pinceladas de tres paisajes que en ocasiones se superponen y que me interesan y preocupan especialmente: la vocación multicultural, la ensenanza y las mujeres del Puerto de la Cruz. La profesión de enseñante que ejerzo me ha permitido conocer a personas muy valiosas, con las que he pasado gratisimos ratos y con las que tengo la suerte de seguir compartiendo ideas, compromiso e intereses. Es una profesión poco reconocida la mia, pero a mi me ha dado, y me sigue dando, muchas satisfacciones y, hasta ahora, no me ha hecho caer en ningun desaliento. Muchas de estas personas a las que me refiero son portuenses que quieren al Puerto, que conocen su historia y que se preocupan por su futuro. Y los que confiamos en el futuro de este pueblo coincidimos en entender su historia edificada sobre una suma de culturas, lo que podria constituir su principal seña de identidad: el proverbial cosmopolitismo del Puerto de la Cruz. En este final de curso, una de mis alumnas eligió la palabra "cosmopolita" para defenderla en un ejercicio de argumentación. Ella acababa de conocer esta palabra como uno de los derechos que defiende Kant, basado en que toda persona puede visitar cualquier lugar del mundo sin ser considerado extranjero, porque la Tierra es propiedad de toda la humanidad. La defendió con razones, pero tambien con sentimientos y pasión: para ella era la solución a los problemas mas importantes que esta vivien do el mundo. Sesenta años antes, otra mujer, tambien muy joven entonces, aunque no tanto como mi alumna Beatriz, escribió sobre el cosmopolitismo y el Puerto de la Cruz. A ella pertenecen estos fragmentos que les leo, en los que me he permitido rectificar algun dato:
1 Hemos cambiado el nombre de Blanco por Cologan despues de haber confirmado que fueron las familias Valois y Cologan las que se unieron.
" ... hay un pueblo en Tenerife matizado de fina elegancia y de sugestiva tradición cosmopolita: el Puerto de la Cruz. [ ... ] En un esfuerzo evocador, y puede que un tanto enfermizo, entornamos los ojos y vemos corretear por el convento de Santo Domingo la niñez de Viera y Clavijo, la infancia de los Iriarte, empinados en la pendiente callejera de su casa natal; el bregar de los muelles y el trasiego del malvasia ... EI establecimiento de los Walsh, despues Valois; la llegada de los primeros Cologan y, mas tarde, el cruce de ambas familias y la fundación de esa gran mansión del silencio que es la finca de la Paz, y en la que su actual dueno, don Leopoldo, conserva un interesante retrato de don Bernardo Cologan, pintado por don Luis de la Cruz, el gran portuense, en 1800 ... [ ... ] Un claro ambiente de tradicional liberalismo, y no de burda demagogia, se respira todavia por las llanas calles del Puerto de la Cruz, por el chato y alegre barrio de la Ranilla, por el maravilloso paseo de Martianez, donde los atardeceres son inolvidables, 0, por el otro lado, camino del cementerio, junto a las ruinas del castillo de San Felipe. Este gran "hall" de Tenerife, que es el Puerto de la Cruz, tan claro y abierto, es, sin duda, la poblaci6n que mayor impresión hace en los extranjeros."
La autora es Maria Rosa Alonso, ahora vecina de este municipio por motivos de salud. EI libro, Papeles Tinerfenos, editado en 1972 y nunca reeditado, que yo sepa.
La suma de culturas la vivimos con naturalidad en el Puerto desde siempre. Nuestros amigos, y los de nuestros hijos, son de todas partes, y nuestros antepasados tambien. En su Historia del Puerto, Alvarez Rixo nos confirma que desde muy antiguo "el caracter de los habitantes del Puerto de la Cruz en general es pacifico, timido y hospitalario, particularmente con los extranjeros" ...
Y asi ha sido siempre el Puerto: un lugar acogedor y atractivo para los visitantes. Ya lo era para aquellos viajeros que venian a pasar largas temporadas 0 de paso hacia otros lugares ex6ticos, como fue la moda durante buena parte del siglo XIX. A estos viajeros, y de manera especial alas viajeras, que prestaban mayor atenci6n en sus anotaciones a las costumbres y a la vida cotidiana, debemos la escasa informaci6n que conservamos sobre nuestra realidad de entonces. Y hasta nuestros dias son muchos los visitantes que han acabado estableciendose aqui.
Creo que los hombres y las mujeres de este pueblo debemos un reconocimiento a este "cosmopolitismo", porque es la mezcla y el intercambio de culturas unico que puede hacernos sabios y libres. Y el mismo reconocimiento le debemos a la educación que encauza la cultura y que contribuye a nuestro bienestar social. Reconozcamos tambien que no hay fiestas sin cultura, y que en la cultura tambien estan las tradiciones religiosas y populares, el embarque de la Virgen, 0 San Telmo, o la Parranda Portuense, y nuestros barrios, los históricos y los nuevos.
No hace mucho, nuestra alcaldesa, en un texto de presentaci6n de un acto cultural, comenzaba declarando que el Puerto es el Instituto de Estudios Hispanicos, el MACEW -ubicado ahora en esta histórica Casa de la Aduana-, los espacios culturales del antiguo convento de Santo Domingo 0 del Castillo. El Puerto es la Coral Reyes Bartlet y es la biblioteca publica Tomas de Iriarte, que pronto dispondra de una sede mas digna. Se me ocurre anadir que el Puerto es tambien sus centros de ensenanza, y recordar que uno de ellos, el ya desaparecido e injustamente olvidado Colegio de Segunda Ensenanza, fue emblematica referencia cultural del Valle y del Norte. Se fund6 en 1927. Agustin Espinosa Garcia, uno de sus fundadores y su primer director, nació aqui cerca, en la calle Iriarte. Deberiamos presumir mas de este portuense, el escritor que nos representó en ese periodo de esplendor que vivió la literatura española entre los anos 20 del pasado siglo y la Guerra Civil, y que acerc6 a Canarias a la modernidad europea. Para algunos, el mas depurado escritor surrealista espanol, que estuvo vinculado a los movimientos de vanguardia, a revistas de enorme prestigio, como Gaceta de Arte y la Rosa de los Vientos; que fue investigador y docente recordado, admirado y alabado por sus alumnos bachilleres y universitarios. Lo traigo aqui por dos razones: la primera, la de ser precisamente un defensor del universalismo siendo tan particular amante de lo insular y de lo rural. ("Somos marineros de todos los mares. Obreros de la universalidad" -escribió una vez). La segunda razón, su relaci6n con el Colegio de Segunda Ensenanza, en el que se formaron y/o enseñaron personalidades de la altura de Jesus Hernandez Perera, Antonio Gonzalez y Benito Rodriguez Rios, que despues fueron rectores de la Universidad; de Telesforo Bravo; de Manuela Miranda, Matilde Garcia Estrada, Maria del Carmen Padrón, Asunci6n Betancourt, Rosa Morales, las hermanas Alvarez Garcia... En tiempos mas recientes, Maruja Martin Real, uno de los mejores profesores que ha tenido el Puerto. Ella y Ana Lola Borges, importante investigadora y tambien profesora del colegio, fueron quienes nos ensenaron el camino de las Letras con mayusculas.
Queda pendiente la historia de este colegio y deberia escribirse antes de que la memoria de los que lo conocieron se pierda. Nieves Garcia defendia este proyecto y siempre esperamos que fuera su entusiasmo lo que lo sacara adelante. A los dos, a Nievitas y al Colegio, se lo debemos.
Por razones obvias, no he nombrado a todas las personas que merecen ser nombradas. Pero he citado intencionadamente el nombre de algunas mujeres, porque intencionadamente se las suele ocultar, aunque esto ocurra menos en el ambito de la ensenanza, tradicional predio femenino. Jose Agustin Alvarez Rixo, en la citada Historia del Puerto, dedica un capitulo a sus "hombres de merito". Alli estan, por supuesto, los hermanos Iriarte, Agustin de Bethencourt, de quien celebramos ahora su 250 aniversario, Luis de la Cruz, Bernardo Cologan Fallon -de cuya vida y obra, por cierto, el grupo de aficionados La Pandilla hizo una dignisima puesta en escena hace poco (tambien el Puerto es La Pandilla)- y Jose de Viera y Clavijo, quien vivió en este Puerto toda su infancia y adolescencia. Alvarez Rixo sentia una gran admiración por la hermana del historiador, "nacida en este Puerto. Era -dice poetisa, y muy instruida". Y aunque no aparece en el capitulo de los ilustres de manera independiente, si le dedica uno en las "Noticias biograficas de algunos isleños", recientemente publicada por Manuel Hernandez. Se queja nuestro historiador de que doña Maria Joaquina Viera y Clavijo no hubiera sido incluida en el catalogo de 40 poetisas españolas que el periódico El Time de Santa Cruz de la Palma publica en marzo de 1864. Es nuestra unica representaci6n femenina de relevancia en la vida cultural que retrata Alvarez Rixo.
En otro capitulo en que se lamenta de esa despreocupación por la cultura casi legendaria de nuestro pasado -de lo mismo se lamentaba Cologan Fallon- nos informa de la inexistencia de escuelas publicas en el Puerto de su epoca. En el que dedica a la Historia de la Educación, señala la preocupaci6n de personas particulares por escuelas y bibliotecas. Y destaca especialmente la labor de una mujer, Margarita Sellier. Cito: "vecina de este pueblo y natural de Tolon de Francia, que deja en su testamento 3.000 pesos corrientes para la fundaci6n de una escuela". Escuela que dura mientras duró el dinero, por cierto.
"Esta señora -dice- extranjera y sin hijos ni parientes que educar aqui, aunque si tenia sobrinos en Francia, repara y se acuerda de que en este pueblo no habia escuela publica para instrucci6n de la niñez. Cuando los mismos naturales del propio lugar, con hijos, familia y conveniencias, en tantas generaciones a ninguno le habia ocurrido la necesidad de tal establecimiento para no criar a su descendencia en una ignorancia culpable."
Muchas otras ilustres antepasadas han pasado inadvertidas 0 han sido olvidadas. Mujeres que firmaban con el nombre de sus maridos 0 de sus padres, 0 que no podian hacerlo sin su permiso 0 su firma 0 sin una autorizaci6n judicial competente, pero que contribuyeron al avance cultural, al cambio social y al progreso de manera individual 0 de manera colectiva y casi siempre anónima. En ese libro entrañable, editado hace unos años por la Asociación Maria Perez Trujillo, titulado "Trabajadoras portuenses. El amor por la obra bien hecha", sus autoras, Carmen Rosa Hernandez Garcia y Elsa Armas Carrillo relatan, segun ellas mismas dicen, "la historia novelada de las mujeres portuenses", de mujeres trabajadoras portuenses. No se trata de un libro sobre la abnegación y el sacrificio, aunque lo haya habido: es la narración del trabajo bien hecho, casi siempre en circunstancias dificiles, y con el mismo buen talante y sentido del humor con que es contado por sus autoras. Entre todas las trabajadoras de los mas diversos oficios, empleos y profesiones que desfilan por el, he querido destacar a una mujer que, como otras muchas, se empeñó en enseñar a toda costa a los niños y niñas de este pueblo. Se lIamaba Maria Carbonell, aunque todos la llamabamos dona Mariquita la Carbonera. La conoci cuando yo era muy pequeña, porque vivia en mi barrio y enseñaba en su propia casa. La historia me la completó Ignacio Torrents, pues fue su padre quien consigui6 que la acogieran en un asilo evitando asi que muriera en la pobreza y abandono que sufrió en su vejez, despues de haber enseñado tan bien y a tantos portuenses. A veces hacía sin cobrar, cuando las familias carecían de recursos, y en muchas ocasiones, durante la guerra y despues, escondió, para protegerlos, a aquellos alumnos cuyos padres "eran conocidos por sus ideas de izquierdas". Así lo cuentan Elsa y Carmen Rosa en un libro que debería tener segunda, tercera y cuantas partes hagan falta , para hablar de mujeres que hacen la historia, pero que no figuran en ella.
Voy a terminar con dos citas: una, de Eduardo Westerdahl, fundador de nuestro MACEW y a quien el muse debe su nombre. El sueño de Westerdhal era que el Puerto fuera conocido por ser un centro de cultura y de arte, y por eso quería "un museo alegre, vivo, de gente conocida por los de aqui y por los que vienen de fuera". La otra cita es de Marla Rosa Alonso: "Los extranjeros que visitan el Puerto y muchas veces lo hacen escenario de sus creaciones literarias y artlsticas, llegan incesantemente a el ayer como hoy. Del contacto permanente entre visitantes y visitados ha nacido esa idiosincrasia abierta, tolerante, simpatica y agil que caracteriza a gran parte de los portuenses". Esto fue escrito en 1948.
Asumamos con dignidad nuestro legado y nuestros reveses; sigamos siendo abiertos, tolerantes y hospitalarios, y creamos en la verdad de que la vitalidad de un pueblo se mide por su adaptación al progreso y por sus logros en lo social y en lo cultural. Que sean estas fiestas un homenaje al Puerto culto, afable, acogedor y cosmopolita.
Margarita Rodríguez Espinosa, profesora de Lengua Castellana y Literatura (Catedrática de Enseñanzas Medias en esta especialidad) y presidenta de Amalgama, Asociaci6n de Mujeres de Puerto de la Cruz.