RETRODEZCAN

Este imperativo es del todo incorrecto pero me resulta más contundente que el original RETROCEDAN. Por lo tanto, si la Real Academia de la Lengua Española me lo permite, desde hoy en adelante haré uso exclusivo de él.
Con RETRODEZCAN pretendo dar a conocer parte de mi obra pictórica, escultórica, fotográfica y, en menor proporción, literaria y, a la vez, mantener una corriente de opinión sobre los acontecimientos de naturaleza artística de hoy día.
Espero que tomeis la sabia decisión de manteneros a una distancia prudencial de mis opiniones aquí vertidas que no siempre tienen por que ser del agrado de la mayoría; ¿o, sí?

miércoles, 30 de agosto de 2017

EL CARCAMAL

Según el Diccionario de la Lengua Española editado por la RAE, en sentido despectivo se denomina CARCAMAL a toda persona decrépita y achacosa. Más que una definición propia para designar físicamente a individuos de estas particulares características yo me atrevería a advertir que CARCAMAL define, sobre todo, -independientemente del lamentable deterioro personal-, una forma determinada de ser por parte de algunos sujetos que suelen tener en común, aparte de las físicas características ya mentadas, edades, casi siempre, superiores a los cincuenta años, aproximadamente,  y que por muy distintas razones que luego trataremos de analizar no se encuentran a la altura psicológica, sociológica ni moral que se espera de su propia contemporaneidad. Ello explicaría por sí sólo sus extraños comportamientos en público, sobre todo cuando su deplorable sentido del ridículo además de su atrofiado sentido común, terminan mermando del todo las que deberían ser sus actitudes lógicas y normales en su entorno social. 




¿Cómo explicar si no la velocidad aproximada de sesenta kilómetros por hora por el carril izquierdo de una autopista tomada por un vehículo de gran cilindrada y conducido por un distraído sexagenario? En este caso concreto podríamos achacarle dos distintos errores cometidos, a cual peor: el primero de ellos es, sin duda, circular a una velocidad más baja de lo aconsejable, -con el peligro que ello conlleva-, por el carril de la izquierda; el segundo: ¿Por qué comprarse un vehículo de gran cilindrada para conducir a tan exigua velocidad? No cabe ninguna duda de que en este caso concreto nos encontramos ante un auténtico cuando no peligroso CARCAMAL.

Al llamado CARCAMAL, por lo general, se le puede también encontrar en distintas iglesias, formando parte invitada de alguna boda contraída por algún familiar lejano para poco después tropezarnos de nuevo con él en el banquete, risueño, tras un habano con vitola encendido y sostenido entre los dientes mientras escancia con destreza sidra achampanada con la botella asida por el gollete, la camisa blanca empapada de sudor y la roja corbata floja y previamente mutilada porque alguien mucho más joven que él, previo pago, decidió darle un tijeretazo como, en algunos casos, manda la tradición.

Un tercer y breve ejemplo con el que doy por terminada esta particular observación es la relación de pareja llevada a cabo por un CARCAMAL y una jovencita a quién le dobla la edad. Es aquí donde el CARCAMAL en público encuentra mayor dificultad para adaptarse a las circunstancias porque es consciente, pese a todo, de que no las tiene todas consigo, -aunque se cree capaz,- y pretende estar a la altura que exige la cita sin que se le note demasiado; y vaya si se le nota porque posiblemente haya querido vestirse de manera informal para la ocasión. Se habrá dejado los tirantes en casa y el cinturón que sostiene el pantalón, -oculta del todo la hebilla,- ya se encuentra por debajo del vientre que a su vez se le nota en demasía porque fatalmente, además, ha decidido ponerse ese día la camisa blanca entallada que le regaló su difunta hace ya un lustro creyendo que, de ese modo, la estrechez realzaba mejor su fondona figura. Lo peor llegará cuando quiera convencerse a sí mismo de que la joven no habrá querido salir con él sólo por disfrutar de una romántica cena en su compañía y para demostrarle que, pese a todo, sigue conservando un espíritu todavía joven, acabará invitándola a bailar a la discoteca más próxima en cuyo interior el ridículo se tornará ya del todo completo volviéndose sin remedio en su  contra.

No quiero ni pensar cómo acabará la noche cuando por fin, una vez en el exterior y dominado ya por una ardiente y desmedida  pasión, sus incontrolables afectos hasta ahora escondidos alcancen sin remedio el climax del paroxismo.

No me negarán ustedes que ser un CARCAMAL es algo bien distinto a la definición que de él hace la RAE

RIGUROSA ACTUALIDAD

Hace ya algún tiempo que he sido convenientemente vacunado contra esa oscura pandemia que todavía hoy asola los distintos medios de comunicación nacionales y/o extranjeros y que algunos continúan describiendo como RABIOSA ACTUALIDAD.

Antaño, -antes de que los nuevos medios de comunicación de masas hiciesen su aparición, la llamada RABIOSA ACTUALIDAD, -la mayoría de las veces manipulada-, solía aparecer muy de cuando en cuando, despertando entre los asiduos a cierta prensa escrita un precario interés por la noticia  o, -cuando no-, una también cierta incredulidad por cuanto la mayoría éramos conscientes de que el término RABIOSA se encontraba a menudo asociado a distintos aspectos de la vida ordinaria que nada tenía que ver con lo realmente trascendente entonces desde el punto de vista social o político. De RABIOSA ACTUALIDAD podía considerarse el fichaje millonario de un futbolista, la fastuosa boda de una joven princesita europea o lo último en materia de moda por parte de Chanel, por poner sólo algunos ejemplos.

Contra la RABIOSA ACTUALIDAD solíamos para ello CURARNOS DE ESPANTOS y de ese modo soportar así mucho mejor lo que determinados sectores de los medios de comunicación, -léase prensa, radio y televisión-, consideraban prudente sobre lo que, a su criterio, deberíamos de ser advertidos o informados sin que el astuto,-para ellos-, fantasma de la LIBERTAD DE EXPRESIÓN hiciera de pronto su fatal aparición haciendo mella entre todos nosotros y terminara también por CURARNOS EN SALUD, arrojándonos a la pura realidad social de la calle y despojándonos de las pocas esperanzas de paz de las que disponíamos en los duros años de posguerra.

Desgraciadamente, casi todo aquello que hoy se publica en el seno de las REDES SOCIALES parece seguir dando sensación de RABIOSA ACTUALIDAD, o con esa cínica intención lo propagan algunos. De modo que, -para CURARME EN SALUD-, a nivel particular puedo afirmar, sin temor a hacer el ridículo y por la misma razón,  me niego rotundamente a formar parte de ese intrincado mundo virtual formado por Twitter, Lindekin, Facebook, Instagram, etc., etc., y tan sólo pretendo disfrutar de lo que yo ahora doy en llamar con respeto RIGUROSA ACTUALIDAD.

De RIGUROSA ACTUALIDAD, por ejemplo, puede considerarse hoy el anuncio de la exigente voluntad de la Generalitat de Catalunya en continuar con firmeza su proceso soberanista, exigiendo del Estado español el derecho a una independencia tal que les permita en breve la creación de una tan deseada República Catalana, siempre que se produzca el tan delicado acontecimiento de un inesperado triunfo mayoritario en las urnas a través de una también imprevista votación de la mayor parte de la ciudadanía el próximo uno de Octubre que daría lugar a la puesta en marcha de la denominada Ley de Desconexión de la que otros muchos esperan que ni siquiera se produzca. En lo que a mi familia respecta, nos encontramos, -sin   desearlo siquiera-, con un pié al otro lado de la frontera de un imprevisto nuevo país del que, -si nadie lo remedia-, para bien o para mal, pasaremos a formar parte en el futuro como ciudadanos de pleno derecho. Así están las cosas y así habrá que considerarlas.

lunes, 28 de agosto de 2017

NO TENGAMOS MIEDO

Posiblemente yo me considere tan republicano como cualquier catalán también republicano y en consecuencia tan alejado de los criterios del PP como también lo están miles de españoles en este país pero de ahí a verme envuelto en un manifestación pública engañosa, -de aparente rechazo al terrorismo yihadista y organizada a la medida de los señores Puigdemont y Junqueras-, va un trecho tan largo como la distancia misma que me separa de la aprovechada conveniencia de los responsables de la Generalitat de Catalunya.

En tal sentido debo denunciar la total opacidad habida en el supuesto homenaje a los fallecidos durante el transcurso de la manifestación, eclipsada ésta por una puesta en escena sin ninguna espontaneidad popular ni con la humildad que se espera en un acto de dolor y respeto a las víctimas y, además, ensombrecida de tal manera por cientos de esteladas reivindicando un derecho que ayer no correspondía exigir.

En cualquier caso, los organizadores han querido ser más papistas que el papa, y en lugar de honrar a los muertos como se merecían, -que hubiera sido lo fundamental-,  han querido demostrar su profundo agradecimiento a quienes, en definitiva, no pudieron, en ningún caso, hacer nada para evitar las dieciséis víctimas mortales que se han cobrado los atentados de Cambrils y Barcelona; es decir: homenajeando a los mossos d`Esquadra, bomberos, guardia urbana, servicios médicos, etc., etc. Todo ello con la única finalidad de demostrar una marca Catalunya capaz de emocionar, promocionar, organizar y reivindicar un país ajeno a lo que el resto de españoles esperamos también de él: que continúe entre nosotros.

Desde el principio, y quizá con un doble sentido muy explícito, me chocó la arrogancia con la que se esgrimía el oficioso eslogan en contra de los yihadistas: NO TENEMOS MIEDO. Yo hubiera optado por la humildad del modo subjuntivo: NO TENGAMOS MIEDO. 

jueves, 24 de agosto de 2017

AZUL-VICTORIA (SEVERÍN)

Como quiera que durante mis vacaciones en el Puerto de la Cruz necesitara sellos de correos para la península, el quiosquero de la Plaza del Charco a quién le había comprado las postales me sugirió la posibilidad de encontrarlos en la tienda de Severín, frente al muelle. Se trataba de una especie de mini bazar cuya puerta exhibía un logo de CORREOS sobre el que rezaba la palabra TIMBRES pero  dónde también se podía comprar desde una sencilla navaja plateada hasta una plancha eléctrica de última generación. El local no resultaba más grande que un ring de boxeo y desde el centro del cuadrilátero me recibió el propio Severín; de unos setenta años, impoluto, educado y amable.

Sr. Severín, -pregunté-: ¿Tiene Vd. sellos de correos para la Península?

Al escuchar su propio nombre en boca de un extraño, desde el centro mismo del ring me lanzó la primera andanada sobre el plexo solar. Me sugirió el nuevo sello con la imagen del monarca Felipe VI del que dijo haber tenido mucho éxito entre los coleccionistas extranjeros. Destacó la prestancia de Su majestad y el diseño y colores del propio sello del que personalmente se sentía muy orgulloso. Sin capacidad suficiente todavía para reaccionar, lo que no recuerdo con exactitud es como acabamos hablando no sólo de la guerra civil española sino además de la División Azul y su intervención en la Unión Soviética. Empezaba yo a notar que el señor Severín resultaba un verdadero entusiasta de los componentes de aquella división dirigida por el General Agustín Muñoz Grande cuando, -acorralado yo contra las cuerdas-, recibí una primera serie de golpes al hígado que me dejaron del todo aturdido. El señor Severín afirmaba con total rotundidad que los combatientes españoles, -a juicio de los propios mandos alemanes-, resultaban mucho más eficaces que sus propios colegas: soportaban el frío y el hambre mucho mejor que el resto hasta el  punto de que “nosotros éramos mucho más temidos por los soviéticos en el campo de batalla que los teutones”

No hizo falta tirar la toalla. Me encontraba ya a punto del K.O. en el último asalto cuando la campana sonó milagrosamente en mi auxilio con la entrada de un nuevo cliente al cuadrilátero. 

Tras la derrota finalmente sufrida, después de despedirme del Sr. Severín y una vez ya en la calle, eché un nuevo vistazo a la fachada de su comercio tratando de descubrir algún signo visible que pudiera revelar su todavía desmedida simpatía no sólo por los componentes de la División Azul sino también por la Falange. Y claro que lo encontré. Se trataba del curioso nombre de su Bazar: AZUL VICTORIA-SEVERÍN (ver foto adjunta).

Inmediatamente recordé que, entonces, explotar un ESTANCO no se le permitía a cualquiera sino, sobre todo, a las viudas de aquellos oficiales Caídos por Dios y por España 

lunes, 21 de agosto de 2017

TERROR EN CATALUÑA


Los últimos actos terroristas cometidos tanto en Barcelona como en Cambrils han sumido a la población de Cataluña en un desasosiego tal que todos estamos queriendo vislumbrar las distintas posibilidades de volver a ser de nuevo víctimas inocentes en cualquier punto y por parte de cualquier célula yihadista incubada lentamente en algún barrio de la periferia de las grandes ciudades catalanas; tal es el estado de inseguridad al que hemos estado sometidos a lo largo de estos aciagos días. Sin embargo y por una cuestión no sólo de carácter semántico, muchos estamos en total desacuerdo con la aparente soberbia que implica el eslogan anónimo esgrimido últimamente por la ciudadanía en general y “aprobado” por los distintos representantes políticos de la Alcaldía de Barcelona y Generalitat de Catalunya y que reza del modo siguiente: “NO TENIM POR” (No tenemos miedo).

La frase en sí rezuma un moho de soberbia  por cuanto el miedo no es algo descartable a voluntad y muchos de nosotros sí que, efectivamente, albergamos ese miedo que nos incita a sospechar que algo similar puede volver a ocurrir sin que podamos ni siquiera evitarlo si no se toman otras medidas adicionales adecuadas. Pero sí defiendo que el miedo genera mecanismos de defensa más o menos eficaces frente al terrorismo que pueden salvar vidas inocentes como, por ejemplo y por citar sólo uno, la instalación de bolardos en los puntos de intersección en las Ramblas o la Sagrada Familia. Por otro lado y desde el punto de vista estrictamente semántico, hubiera resultado mucho mejor haber sido más humildes y sin otras pretensiones haber conjugado el verbo de manera bien distinta; en modo subjuntivo: “NO TINGUEM POR” (No tengamos miedo).

No parece lo mismo una soberbia aseveración incierta que un humilde ruego de esperanza.

martes, 15 de agosto de 2017

CARLOS RAMOS ASPIROZ (Recuerdos de HOYA FRIA. 1968)

No se si mi propia existencia en ocasiones se me antoja estrecha o sí por el contrario el poroso recipiente, que al parecer contiene la memoria, exuda lo suficiente como para haber malogrado algunas viejas emociones que algunos amigos me han ayudado a recuperar por sorpresa durante mis últimas vacaciones en el Puerto de la Cruz. Es el caso de un encuentro no tan fortuito porque alguien que también hizo el servicio militar conmigo en el año 1968 me anunció su conocido paradero a aquella hora de la mañana cada día y el lugar no era otro que la parte posterior del remodelado y popular Bar Dinámico en la Plaza del Charco y el personaje tampoco era otro que el que fuera capitán en el CIR 15 (HOYA FRÍA), CARLOS RAMOS ASPIROZ.


Para los indisciplinados, -como la mayoría de reclutas que éramos entonces,- contagiados algunos por los avatares de los movimientos en Europa del llamado Mayo del 68, el capitán RAMOS, de la décimo primera compañía, resultaba temible, sin que llegásemos a admitir del todo que lo que en realidad siempre se espera de un caballero militar fuera disciplina, uniformidad, elegancia, dotes de mando y la autoridad propia que conllevaba su rango. Como suele suceder, la mayoría se daría cuenta de esas virtudes castrenses una vez abandonaron el campamento. Yo lo comprobé in situ ya que por mis dotes de dibujante llegué a colaborar activamente en una revista gratuita y mensual, creada por él, llamada en principio ATLÁNTIDA. Una vez me hube licenciado, la revista cambió de nombre entre los años 1974-1976 para pasar a llamarse HESPÉRIDES.

El entonces capitán RAMOS también resultó ser el creador en el CIR 15 de una unidad militar de PENTATLÓN MILITAR que no sólo compitió a nivel nacional con relevante éxito sino que también lo hizo en BRUSELAS Y RIO DE JANEIRO con notable participación. Los hombres que formaban parte de aquella unidad de élite se enfrentaban en el campo de tiro de entrenamiento a un serio problema que, en principio, no parecía difícil de resolver por cuanto su puntería a 200 metros estaba más que demostrada, pero disparar a esa distancia sobre una diana de un metro cuadrado de superficie teniendo a su mismísimo capitán apoyado en uno de los lados del blanco resultaba, cuanto menos, muy embarazoso además de un serio compromiso para sus aspiraciones individuales. Él mismo siempre fue un claro ejemplo de las virtudes castrenses que esperaba de todos sus subordinados.

En ese encuentro nada fortuito y que mantuvimos dos días distintos y en el mismo lugar durante mi breve estancia en el Puerto de la Cruz me comunicaría que mucho después de que yo abandonara la isla, fue requerido por el entonces Ministro de Defensa del Partido Socialista, Narcís Serra, para formar parte de su Gabinete de Prensa. Ni que decir tiene que, desde entonces, su rango ha aumentado considerablemente en el escalafón pero no me corresponde a mí pregonarlo.

El león ya no resulta tan fiero como antes lo pintaban aunque sigue manteniendo una excelente melena, una extraordinaria erudición, una suprema elegancia y un finísimo gran sentido del humor que le caracteriza entre sus contertulios. Yo ya tengo 71 años y mi capitán algunos más 

lunes, 14 de agosto de 2017

SINTAXIS

Hace ya unos días, el encendido periodista y sin embargo amigo Andrés Chaves hacía referencia a la supuesta iletridad de los mal denominados “magos” del archipiélago por cuanto el número de faltas de ortografía cometidas por éstos al escribir, clamaba, según él, no sólo a la RAE sino al mismísimo cielo. Se supone, para conocimiento general, que todos aquellos que utilizan las redes sociales gozan hoy de una buena educación primaria, sin embargo, además de los errores sintácticos,  las faltas de ortografía también abundan entre los miles de internautas y no sólo cometidas por jóvenes aún en edad escolar  sino por otros muchos adultos de grado superior. 

Al “mago”, si es de mi edad, habría que disculparle del todo esta puerilidad pues las políticas de educación durante su niñez, sobre todo en los pueblecitos del interior de las islas, fueron más bien escasas entonces y a pesar de ello, nosotros, supuestos intelectuales, bien que nos sentábamos a la mesa cada día ante unas papas bonitas, unas piñas de millo, unas costillas de cochino y toda la verdura y fruta que sólo algunos podíamos permitirnos. ¿Caían del cielo estos deliciosos manjares?

Sea como fuere, -como pequeño homenaje al campesino-, traigo un ejemplo sintáctico recogido en el Puerto de la Cruz durante mis pasadas vacaciones estivales. Se supone que los funcionarios del Exmo. Ayuntamiento de la localidad deberían expresarse con más claridad meridiana a fin de hacerse entender con algo tan sencillo de explicar.

Deduzco que lo que han querido anunciar es lo siguiente:
PROHIBIDO ESTACIONAR a partir de las 00,00 horas del día 7 de Agosto hasta las 22 horas del día 14 de Agosto. 

viernes, 21 de julio de 2017

JOSÉ MARÍA VILLAR

Muy poca cosa más me resta decir acerca de la magnitud de la corrupción en nuestro país. A pesar de que el río sonaba desde hacía muchos años, el agua corrompida ha terminado anegando por completo las dependencias de la Federación Española de Fútbol y en sus turbias aguas han naufragado José María Villar, su hijo Gorka, Juan Padrón, -responsable de la Federación Tinerfeña de Fútbol y su secretario Ramón Hernández. Excepto este último y pesar de la profundidad de las aguas turbulentas  todos han podido salir  nadando aunque espero no indemnes, de momento, en dirección a Soto del Real a instancias del juez de la Audiencia Nacional, Sr. Pedraz.

Yo, que presumía que la corrupción a gran escala no había llegado aún al Archipiélago, he quedado totalmente defraudado por los últimos acontecimientos padecidos: primero por la amnesia sufrida en su día por el ex ministro Soria y ahora esto: la descarada implicación en el turbio asunto relacionado con la Federación de Fútbol Tinerfeña.

Suerte que he elegido Tenerife como lugar idóneo vacacional y podré hacerme in situ una idea aproximada de los hechos acaecidos recientemente pero ello no quitará para que mi familia y yo podamos disfrutar del benigno clima que proporcionan los alisios y de la sabrosa gastronomía popular de la isla que se paladea en los guachinches.

Tanto el suicidio del Sr. Blesa, como los registros en la Generalitat además del encarcelamiento de los responsables de la FEF, serán los últimos grandes acontecimientos que yo haya vivido en Cataluña a lo largo de toda esta movida semana. A partir de mañana sábado, al menos durante quince o veinte días, todo habrá terminado para mí y nada habrá servido para algo que no sea darme un bañito en San Telmo y sentarme a la sombra de los hermosos laureles de indias en la Plaza del Charco del Puerto de la Cruz; y, si puede ser, cerca de la ñamera del estanque.

jueves, 20 de julio de 2017

MIGUEL BLESA

Dadas las extrañas circunstancias, la violenta muerte de Miguel Blesa sólo puede presentar tres opciones posibles aunque también distintas: la perpetrada por un supuesto asesino sin escrúpulos, la causada por un fortuito y desgraciado accidente, o bien la del suicidio voluntario. Al parecer, hasta el momento, la autopsia practicada no ha despejado todavía ninguna de las tres incógnitas posibles o, mejor dicho, los forenses, -en el momento que escribo-, no se han pronunciado todavía en favor de una de las tres hipótesis.

Yo me inclino por la del suicidio pero no, como afirman algunos,  llevado a cabo por culpa de la presión a la que han sometido los medios de comunicación de masas a la propia víctima sino que quizás, movido por un profundo sentimiento de culpa que muchos otros, condenados como él, ni siquiera se han planteado todavía, Blesa haya podido tomar la fatal decisión de saldar con su propia vida las deudas pendientes no ya con la justicia en particular sino con todos aquellos otros que fueron injustamente perjudicados por su funesta gestión bancaria al frente de CAJA MADRID.

Si así fuera, si el Sr. Miguel Blesa hubiera optado por el suicidio, como parece ser, no sólo habría de sumarme al dolor padecido por amigos y familiares sino que tal rotunda decisión, desde mi particular punto de vista, considero que le honra sobremanera porque, al fin y al cabo, cabe también imaginar la interpretación que de su propio código ético ha hecho gala para pagar con su vida sus supuestas deudas pendientes e intentar o presumir, si cabe, de haber muerto con honor. 

No sé si atreverme a decir que ese tipo de muerte debería servir como ejemplo para esos otros muchos responsables que ya pueblan, por fin, las distintas cárceles españolas y que no han tenido ningún reparo, amparados en los distintos cargos que desempeñaban en la administración del estado, en entidades bancarias o deportivas, consejos de administración y un largo etcétera, en haberse lucrado durante años y de forma ilícita  con un dinero público que no les correspondía y en una época, además, de tanta penuria económica en el seno de la sociedad española acuciada por la crisis. 

Ya sólo me resta desearle al Sr. Blesa que en paz descanse y humildemente espero que, tal vez,  otros también hayan decidido ya seguir su último ejemplo en la tierra.

miércoles, 19 de julio de 2017

CONCUPISCENCIA

La propensión natural de los seres humanos a obrar mal como consecuencia del pecado original, según la moral cristiana, se denomina CONCUPISCENCIA y no sólo se asocia exclusivamente al apetito sexual sino que atañe, de especial manera, a todas las dimensiones de la conducta del ser humano. 

Sin embargo, Jean Jacques Rousseau apoyándose en la tesis del buen salvaje afirma que, en su estado primitivo, el hombre fue moralmente superior al hombre civilizado. El llamado hombre histórico o, si se quiere, contemporáneo es distinto. Es vil, egoísta, depravado, degenerado pero no puede mostrarlo públicamente: le es necesario enmascararse,  ocultar su vileza, su egoísmo y sus pasiones y para ello adopta un comportamiento social: la cortesía, la retórica, la técnica de las apariencias y todo aquello de lo que se preocupan las ciencias y las artes. En definitiva, todo lo que nos es válido para enmascarar temores, odios, traiciones, etc. Y todo esto que adoptamos para esconder nuestra maldad se llama EDUCACIÓN. Todo este proceso de degeneración se lleva a cabo a raíz de la aparición de dos distintos factores que no tienen presencia en un idealizado Estado de Naturaleza: LA RIQUEZA y EL PODER.

Por lo tanto, muchos de nosotros parecemos ser víctimas de nuestra propia educación. Una educación que fomenta precisamente esa CONCUPISCENCIA mentada al principio de este artículo y condenada por la moral cristiana que no por la católica.

Debo suponer que el actual ministro de EDUCACIÓN del PP, Méndez de Vigo, no debería sentirse culpable de los muchos pecadores de CONCUPISCENCIA que pueblan las filas de su partido político pero resulta evidente que a juzgar por el ansia de poder y el cúmulo de riquezas en manos de algunos de ellos se supone que deberían ser considerados como los políticos mejores educados del país.

Entonces, llegados hasta aquí, cabe uno preguntarse: ¿Cómo es posible que un hombre civilizado y educado como pudiera ser yo no haya incurrido nunca en el grave pecado de CONCUPISCENCIA a pesar de imaginarme que ignorándolo por completo podría haber sido capaz de amasar una extraordinaria fortuna y alcanzado una ilimitada cota de poder en el seno de la sociedad en que me ha tocado vivir? Será, tal vez, porque nunca he utilizado la EDUCACIÓN recibida, precisamente, para tratar de enmascararme tras ella.