RETRODEZCAN

Este imperativo es del todo incorrecto pero me resulta más contundente que el original RETROCEDAN. Por lo tanto, si la Real Academia de la Lengua Española me lo permite, desde hoy en adelante haré uso exclusivo de él.
Con RETRODEZCAN pretendo dar a conocer parte de mi obra pictórica, escultórica, fotográfica y, en menor proporción, literaria y, a la vez, mantener una corriente de opinión sobre los acontecimientos de naturaleza artística de hoy día.
Espero que tomeis la sabia decisión de manteneros a una distancia prudencial de mis opiniones aquí vertidas que no siempre tienen por que ser del agrado de la mayoría; ¿o, sí?

sábado, 31 de enero de 2009

JUBILACIÓN ANTICIPADA

Recien cumplidos los 56 años, llegué a la lamentable conclusión, que dadas las circunstancias, no resistiría por mucho más tiempo un trabajo de las características del que venía desempeñando para el Ayuntamiento de Mollet durante más de veinte años.

La mayor parte de aquel tiempo estuve bajo el influjo socialista de la que a la sazón fuera alcaldesa de Mollet durante aquel largo periodo, Monserrat Tura, sobrina de uno de los padres de nuestra Constitución.

También yo había pertenecido al partido pero fui injustamente expulsado, de manera harto arbitraria, por el entonces secretario general del mismo en Mollet, Carpio, al no estar yo de acuerdo, como en principio tampoco lo estuviera Felipe González, con nuestra inclusión en el seno de la OTAN.


Aún tuvieron que pasar seis años más antes de que tomara tan sabia decisión. Llegado el verano de 2008 y coincidiendo con el periodo de vacaciones de la estación, abandoné definitivamente la Unidad de Jardinería después de veintiseis años dedicado en cuerpo y alma a velar por el mantenimiento de las zonas verdes de aquella ciudad del Vallés Oriental.

El ambiente laboral se había vuelto tan opresivo, discriminado, dictatorial y tiránico que me ví en la obligación, junto a un puñado de fieles compañeros sindicalistas, a ofrecer un frente alternativo a tanto desmán por parte de ciertos mandos intermedios quienes, aprovechando la ventaja que les otorgaba su posición en la composición de la pirámide de mando, pretendían convertir la Unidad de Jardinería en una empresa privada gestionada por ellos mismos a espaldas de la tolerancia socialista del Exmo. Ayuntamiento.

De esta época data esta especie de cartelito, elaborado ex-profeso como arma de combate ante tan lamentable injusticia y que anunciaba, con mi anticipada jubilación, el paso franco para aquellos mandos intermedios para los que me había convertido en tan acérrimo enemigo.

Me consta que en la medida de lo posible, aquel grupo discrimado de compañeros sindicales, ha recogido el testigo que con tanto esfuerzo lograron alcanzar y con el que aún hoy continúan defendiendo la libertad de expresión, sindical y el bienestar del resto de compañeros en su misma situación.

viernes, 30 de enero de 2009

....que viene EL CORUJO

AQUELARRE DE CORUJOS

Nadie ni nada me ha producido tanta sensación de terror como la supuesta presencia de aquel ente invisible que, en cualquier momento, podría acudir de improviso a secuestrarnos, a cambio de nada, para arrastrarnos, sin piedad alguna, hasta aquel remoto pais sumido siempre en unas profundas tinieblas de donde se decia que no podríamos escapar jamás y solo habitado por todos aquellos niños desobedientes que, como yo, fueron incapaces en alguna ocasión de tomarse una papilla, de limpiarse los dientes, de irse a dormir temprano o de llevar la raya del peinado bien recta sobre un costado del cráneo.

Me refiero al CORUJO y, el CORUJO, a falta de una auténtica identidad que lo definiera fisicamente a nuestros ojos, se encontraría anónima y peligrosamente conviviendo con todos nosotros sin que su viva presencia fuera advertida nunca por ninguno, de modo que podría tratarse perfectamente de cualquiera de los mayores de nuestro entorno más inmediato; preferentemente varón, de gran estatura, quizás con joroba, y posiblemente en poder de un enorme saco en cuyo interior se suponía que transportaba a aquellos niños traviesos a su reino de oscuridad permanente de donde jamás se podía regresar.

!! .........cuantos CORUJOS no creí intuir durante mi niñez!!. Muchos: unos por su joroba, otros por su enorme estatura, otros por vestir siempre de negro, por llevar un saco colgado al hombro, por no sonreir cuando me miraban. Cualquiera de ellos podría muy bién ser. Sin embargo, que fácil suponía para mi descartar a quienes no lo parecían. Mi propio padre y mi tio Pancho, por ejemplo. También los padres y hermanos mayores de todos mis mejores amigos, al igual que el maestro pero no tanto el Sr. cura, Don Luis; su gran estatura, su larga sotana negra hasta los tobillos y la amenaza constante con algo a lo que él llamaba el infierno despertaron siempre mis más fundadas sospechas. Sin embargo, era justo reconocer que entre la actitud de D. Luis y la supuesta del CORUJO, se establecia una gran y notable diferencia:

Si bién la preconizante amaneza del Sr. cura con la visita obligada al infierno tendría lugar inmediatamente después de nuestra muerte, la del CORUJO, por el contrario, estaba siempre relacionada con el fatídico secuestro en el mejor momento de tu niñez, cuando creías firmemente que todos tus sueños de infancia se convertirían, algún día, en realidad.

Pese a todo, y mientras vivíamos en La Cuesta donde al parecer también moraba el CORUJO, dos populares personajes de aquel suburbio del sur, aunque totalmente ajenos a nuestro más inmediato entorno, quedaron por siempre firmemente descartados como probables: Isabel "La Padilla" por ser mujer y Pepito "El mordelón" por ser bajito. ¡¡QUE DIOS LOS TENGA EN LA GLORIA!!

jueves, 29 de enero de 2009

De Reverón "pa" lapas al quirófano

Alguien me confirma que el personaje que figura en la entrada anterior no se trata de REVERÓN sino de Ramoncillo "El Choco". He quedado profundamente decepcionado con la noticia porque no me imagino la razón que pude barajar para asociar lo de "....como Reverón pa lapas" al personaje de Ramoncillo "El Choco". Albergaba fundadas esperanzas de haber resuelto por fín el enigma que me atormentó durante tantos años pero me temo que habré de esperar aún mucho más tiempo hasta que alguien lo resuelva por mí.

Lo curioso del caso sería que el tal Reverón pudiera encontrarse oculto, con identidad falsa, en el interior de mi profundo archivo fotográfico y que hasta hoy yo no haya podido dar con su paradero ni con su verdadera identidad. Esto me lleva a plantearme un serio problema de carácter deontológico, cuando no ético: ¿debo respetar el derecho a la intimidad de Reverón aunque se trate de un negativo analógico protegido y amparado por los otros cientos que poseo y que seguramente le arropan y le respaldan en silencio?.

Espero que los historiadores locales del Puerto de la Cruz puedan devolverme con sus acertadas informaciones la calma que durante años la figura de Reverón, el de las lapas, me ha usurpado sin pretenderlo.

En ello pensaba ayer mientras mi cuerpo completamente desnudo, cubierto solo por una frágil bata de papel de color azul, yacía boca arriba sobre la estrecha camilla de un pequeño quirófano en Barcelona. Mientras, el anestesista, -un cubano doctor de mi estatura, guapetón y simpático-, me interrogaba acerca de si era alérgico a alguna cosa en concreto y, en especial, si lo era a algún tipo de alimento.

En principio no, -le dije-. Bueno, sí, -rectifiqué haciéndome un poco el gracioso-; al jamón ibérico pata negra pero no por el sabor sino por el precio.

¡Ay que ver!, -exclamó el joven doctor cubano-. Hace unos días, -prosiguió-, una paciente, precisamente, desde donde mismo se encuentra tumbado Vd. ahora, me confesó que ella, solo y exclusivamente, era alérgica a la picadura del alacrán. ¿Que le parece?.

Esa pregunta fue lo último que pude oir con cierta nitidez. Cuando desperté y abrí de nuevo los ojos me encontré con la agradable sorpresa de una espléndida sonrisa adornada por la impecable y blanca dentadura del joven anestesista Luciano.


¡¡......conque alérgico al precio, ¿eh?!!.

miércoles, 28 de enero de 2009

........como REVERÓN "pa" lapas.

Hasta día de hoy, después de tantos años, he seguido convencido de que el simpático personaje de la foto no era otro que el mismísimo REVERÓN. Aquel del que se decía que le gustaban tanto las lapas que su extrema inclinación por el exagerado consumo de ellas obligara a la gente del Puerto a tomar aquella debilidad suya como una comparativa fiable y aplicable a cualquier síntoma de flaqueza que se produjera en alguien por cualquier otro producto culinario o vicio distinto, fuere este confesable o inconfesable.
No era muy de extrañar, pues, que mi gran amigo LELO, sabiendo lo mucho que a mí me gustaba la repostería fina, siempre que yo caía en la tentación, profiriera aquello de que yo para los pasteles era como REVERÓN "PA" LAPAS.
Lo de ".....como Reverón pa lapas" constituía en sí toda una frase hecha, genuina, categórica e incontestable, aplicable a todo aquel que demostrara una inclinación extrema por la degustación exagerada de cualquier producto, sobre todo, de carácter comestible aunque, por lo común, también extensible mucho más allá del ámbito de lo estrictamente culinario como para aplicarla, de igual modo, a quién se le considerase propenso de un contumaz abuso de cualquier otro vicio distinto al del preciso paladar.
P.D. ruego a todo aquel que crea que el personaje de la foto no se trata del tal REVERÓN, que me lo haga saber sin compromiso alguno.

domingo, 25 de enero de 2009

LA POLICIA EN LA NOCHE (Barcelona)

Esta simpática anécdota no se entendería si el lector no estuviera al corriente de como nuestro aspecto físico despertaba las infundadas sospechas de las Fuerzas de Seguridad del Estado de entonces.




Una ambarina y mortecina luz maliluminaba la estrecha calle por segmentos regulares. Entre ellos, una espesa penumbra ocultaba los angostos portales donde las jovenes parejas se amparaban emitiendo en su frenética despedida los últimos jadeos de una pasión incontrolada. Como cada noche, Leocadio y yo, hacíamos aquel mismo recorrido camino de casa una vez finalizada nuestra jornada laboral en el Sopeta Una con la misma rutina con la que cada día desempeñábamos nuestro trabajo en el restaurante.

Aquella noche concreta, a excepción de alguna que otra pareja oculta en los portales y de nosotros mismos, la calle, debilmente iluminada como siempre, se encontraba completamente desierta. Nuestra presencia no le interesaba a nadie; solo nuestra propia conversación y el sonido de nuestros pasos sobre los adoquines, apagaban el eco sordo de los jadeos de los amantes en los oscuros portales abiertos en las mugrientas fachadas. Recuerdo que aquella noche, ámbos nos habíamos aprovisionado previamente de dos botellines, uno para cada uno, de agua de Vichy catalán que íbamos ingeriendo a sorbitos por el camino a casa, unos cien metros más adelante, mientras manteníamos una charla tan anodina y oscura como la noche misma.

Fue al levantar la cabeza para apurar un nuevo sorbo de agua cuando, al quedar violentamente a la vista mientras atravesaba uno de los segmentos iluminados de la calle, reparé en una joven pareja masculina que se aproximaba directamente hacia nosotros en silencio. Advertí de ello a Leocadio al tiempo que la pareja, abandonando el centro de la calle para continuar avanzando, protegidos cada uno por las desconchadas fachadas de los costados, llegaron súbitamente hasta nuestra altura.


-¡Policía!, -dijo el primero, alzando algo la voz en tono amenazador, mientras mostraba una placa mal iluminada-

-Documentación, -agregó el segundo, sarcástico y aparentemente conciliador, mientras su compañero guardaba su identificación en un bolsillo interior.

La ingenuidad de Leocadio me dejó perplejo. Dirigiéndose con una semironrisa al segundo policia, le confesó sin ambages que habiendo regresado de Holanda hacía muy poco, habíase olvidado en aquel pais toda su documentación y continuaba aún a la espera, aquí en Barcelona, a que se la remitieran urgentemente por correo a nuestro domicilio de la Mediana de San Pedro para proseguir posteriormente viaje a su Canarias natal.

Yo mostré la mía haciéndome responsable de la identidad que Leocadio no había podido demostrar.

-¿ Vd., de quién coño pretende hacerse responsable con esa pinta?, -me increpó el de la placa con la vista depositada en mi espesa barba.

Casualmente, todo este diálogo tenía ya lugar ante el portal de nuestro propio domicilio hasta donde habíamos llegado por lo que, sacando yo la llave del bolsillo y abriendo con ella la pesada puerta metálica, pudimos demostrar que, efectivamente, vivíamos precisamente allí, que teníamos domicilio fijo.

Entre otras cosas, tuvimos también que demostrar que nos dirigíamos a casa a desacansar trás una dura y larga jornada laboral en el restaurante de la esquina anterior en el que trabajábamos y que ámbos al parecer ya conocían. Pero ello no fue suficiente para convencerles de su error al detenernos hasta que no se me ocurrió la socorrida idea de extraer de mi sobada cartera una nómina salarial del mes anterior que siempre solía llevar encima como última solución a estos posibles casos de incredulidad policial y que tan buenos resultados me diera siempre en el pasado.

La nómina ejerció milagrosamente de efectivo salvoconducto. No solo poseíamos un domicilio fijo sino que además teníamos trabajo.

Finalmente nos perdonaron la vida permitiéndonos entrar en casa. Ellos continuaron su camino, andando por el centro de la calle como al principio hasta perderse entre la espesa penumbra que flotaba sobre la siguiente afilada esquina.


Lo que yo siempre ignoré y así se lo hice saber al ingenuo de Leocadio, es que este estuviera viviendo en Barcelona, en nuestro propio domicilio, sin ningún tipo de documentación que le permitiera identificarse ante las autoridades locales.

sábado, 24 de enero de 2009

LA LUZ MISTERIOSA (Barcelona)

Esta anécdota barcelonesa puede ser perfectamente corroborada por el propio Leocadio y por el mismísimo Luis Espinosa, podólogo radicado en la Villa de la Orotava con quienes compartí piso en la Ciudad Condal hará ahora más de 30 años






...continúa de la entrada anterior


Hacía muy pocos días que habitaba en el diminuto piso que por retrete se entendía aquel hediondo agujero abierto en el suelo pero que, sin embargo, sí que disponía de una habitación principal, relativamente ancha y con vistas a la angosta calle sin aceras que discurría desde Pedro Lastortras hasta prácticamente el paseo del Arco del Triunfo.

Finalizada la media jornada laboral en el restaurante en que trabajaba, aquella tarde de verano, mientras yo descansaba de espaldas, tumbado sobre la cama doble que ocupaba casi toda la superficie de aquella habitación y con la vista fija en el techo a la espera de que sonara el timbre anunciando la visita pactada de Leocadio, caí relajadamente en una apacible y soporifera duermevela que, por desgracia, fue alterada súbitamente por un fenómeno bastante enigmático, paranormal, diría yo por lo inaudito e increíble.

Sofocado bajo la humedad ambiental y envuelto en la penumbra que reinaba por completo en el interior de la habitación, comencé a distinguir a través de los párpados entreabiertos como una azulada bombilla inexplicablemente situada en la parte superior de la puerta de la habitación se encendía y apagaba intermitentemente, misteriosa y lentamente y a intervalos más o menos regulares.

El susto que me produjo fué mayúsculo, máxime tratándose de un viejo piso al que yo, prácticamente, acababa de incorporarme y con el que aún no me había debidamente familiarizado. Creí estar soñando porque cuando desperté del todo de la supuesta pesadilla, el extraño y enigmático fenómeno había dejado repentinamente de producirse como tampoco se produciría la tan esperada visita acordada, de antemano, el día anterior con Leocadio.

Aún asustado, me levanté de un salto, me lavé la cara en el fregadero de la cocina, y salí de inmediato al calor de la calle. En un bar cercano que frecuentábamos a menudo me encontré, con gran sorpresa por mi parte, a Leocadio sentado tranquilamente ante la barra. Casi sin saludarle y alterado aún como estaba por el fenómeno que acababa de presenciar en casa, le recriminé no solo su supuesta conducta irresponsable sino además su falta de palabra para conmigo por no acudir a la cita convenida para hoy a las cuatro a lo que, con la ya tan conocida flema canaria, me respondió que yo debía haberme quedado profundamente dormido, insistiendo en el hecho de la cantidad de veces que se vio obligado a pulsar inutilmente el timbre sin que nadie en absoluto hubiera respondido a sus repetidas e insistentes llamadas, por lo que había tomado entonces la repentina decisión de marcharse rápida y seriamente decepcionado. Ninguno creyó en la versión dada por el otro, pero aún así decidimos acudir, cabizbajos y en silencio, a visitar, como ya habíamos acordado el día anterior, a la propietaria del piso quién a su vez regentaba una lavandería en nuestra misma calle, donde se cuidaba de lavarnos a nosotros también la ropa sucia. Se trataba de pagarle el primer mes por adelantado.

Una vez cobrado el alquiler y con el consiguiente estupor por nuestra parte, fuimos tardíamente advertidos por la lavandera de que los anteriores inquilinos del piso, habían sido una simpática pareja de sordomudos por cuyo motivo, en lugar de emitir un sonido el timbre cuando se pulsaba, se encenderían una serie de bombillas repartidas por cada una de de las habitaciones y cocina, incluyendo el pestilente e infecto mencionado retrete del agujero en el suelo, advirtiendo así de la presencia de una posible visita.

Nuestras dudas quedaron definitivamente despejadas y para celebrar nuestra recién recobrada confianza puesta en entredicho hacia solo un rato, además de la increible anécdota, decidimos entonces regresar de nuevo al bar, zanjar nuestro mutuo malentendido y bebernos a nuestra propia resistente salud un par de cervezas bien fresquitas bajo la sombra de un toldo verde en la terraza.

viernes, 23 de enero de 2009

Leocadio, Luis Espinosa, Pedrito y yo en BARCELONA


Luis Espinosa y yo llevábamos ya algún tiempo viviendo en Barcelona cuando de paso por la ciudad y al regreso de Holanda se nos sumaría momentáneamente Leocadio a quién, naturalmente, conocíamos muy estrechamente como vecino también del Puerto de la Cruz que era. Algo más tarde, aunque solo por unos días, se nos agregaría Pedrito, llegado a la Ciudad Condal directamente de Tenerife y de paso, según creo recordar, hacia Londres.

Tanto Luis como yo disponíamos de trabajo estable; Luis como prácticante en un modesto dispensario y yo como camarero en un pequeño restaurante junto al antiguo Instituto del Teatro.

Vivíamos por entonces en un diminuto y antiguo piso de la Mediana de San Pedro que aparte de carecer de ascensor ni siquiera disponía de cuarto de baño; a lo sumo, un maloliente retrete sin taza ni bidet; un agujero en el suelo. Pero ello no fue nunca inconveniente para compartirlo con Leocadio quién permanecería cierto tiempo entre nosotros hasta que llegara el momento de conseguir el dinero suficiente que le permitiera adquirir un billete de avión con destino a Tenerife; tal era su precaria situación y mayor aún nuestra penuria económica. Tanta, que ni siquiera Luis ni tampoco yo habíamos ahorrado aún lo suficiente como para sacar del apuro a nuestro eventual inquilino.

Quiso la suerte que en la cocina del restaurante donde yo trabajaba necesitaran rápidamente un friegaplatos y que sobre mí, precisamente, recayera la ambigua responsabilidad de adjudicar sin dilación el tan esperado empleo. No será muy dificil adivinar quién resultaría el beneficiario de tan socorrido compromiso.

De haber tocado el saxofón como miembro de la Banda Municipal del Puerto dirigida por el popular Chano, Leocadio pasaría a convertirse en Barcelona en un eficiente pinche de cocina a cambio de un precario salario semanal pero con el que lograría paliar su maltrecha economía doméstica.

No obstante, siempre tuvimos tiempo para la diversión, para el ocio y, sobre todo, para el sinfín de anécdotas vividas de las que fuimos en ocasiones testigos, en otras protagonistas y en las que, en la mayoría de las veces, estuvimos directa o indirectamente implicados en ellas.

De todas las ocurridas, siempre he distinguido unas cuantas que por su carácter de ficción literaria merecen la pena que sean contadas y conocidas en su auténtica dimensión social y dramática. Anécdotas acaecidas todas ellas en la Barcelona de aquellos años aún de dictadura:

a)La luz misteriosa
b)La policia en la noche
c)El robo de la cartera del poeta Luis Goytisolo (amigo nuestro por aquellos años)
d)Tomando café en el Drugstore de las Ramblas en compañía de la actriz Ángela Molina, de paso entónces por Barcelona.

Me acaban de comunicar que Pedrito, cuyo apellido es Garhel, no se encuentra ya entre nosotros. No lo sabía pero su fallecimiento me ha sumido en una profunda tristeza. Descanse en paz.

........continuará


jueves, 22 de enero de 2009

HASTÍO y probable renuncia

Últimamente he estado meditando profundamente sobre la conveniencia o no de poseer un Blog y con que objeto. Al resto de la gente parece no importarle demasiado lo que el otro pueda decir, opinar o simplemente fantasear sobre determinadas cuestiones consideradas de aparente gran trascendencia social y muchísimo menos sobre aquellas otras que les puedan resultar sospechosamente intrascendentes a sus propios intereses particulares por cuyo motivo nadie dice mucho, nadie opina lo suficiente y nadie fantasea lo imprescindible, reservándose, eso sí, para evitar trastornos, el derecho de no participar ni acudir a ningún otro Blog que no sea el suyo propio con lo que todavía seguimos igual o peor incomunicados que lo que estábamos antes. En definitiva, muchos necesitan ser tan originales, tan únicos, tan individuales e imprescindibles que apenas sí dejan lugar a la confrontación, a la ocurrencia, a la opinión, a la información o a la simple tertulia. La interactividad me parece francamente nula y, en consecuencia, la pretensión ridícula.

En repetidas ocasiones he vertido mis particulares opiniones en muy distintos Blogs y, excepto en algunos casos concretos, muy pocos son, por no decir ninguno, los que hayan respondido generosamente a mis inquietudes planteadas, a mis dudas o, simplemente, a mis preguntas o los que llanamente me hayan brindado la más mínima oportunidad a participar en el debate.

Lo lamentable de poseer ombligo consiste en caer en la tentación de permanecer observándolo detenidamente durante demasiado tiempo. Sin embargo, lo realmente gratificante es que cada uno de todos nosotros, sin excepción, tiene el suyo propio aunque, por fortuna, yo procuro observarlo, en todo caso, muy de vez en cuando, sin mucho detenimiento, y solamente en quellas ocasiones en las que alguien decide no responder al post que con tanto entusiasmo, a pesar de su manifiesta indiferencia, le haya podido dedicar en su propio Blog .

Y, ahora que lo pienso, si por cada vez que no me hayan contestado a cada uno de los muchos post que he debido depositar en otros tantos Blog haya también decidido mirarme detenidamente el ombligo, el resultado obtenido habrá sido que también yo habré pasado muchísimo rato sin quitarle el ojo de encima al mío.

Unos por exceso y otros por defecto. ¡¡Que cosas....!!, ¡¡Hay que ver....!!.

Así es que desde hoy mismo, haciendo una extraordinaria excepción con mi gran amigo Dorta, y ejerciendo el discriminado uso de la autoridad que me confiere mi propio Blog, es por lo que me he sentido obligado a tomar la irrevocable decisión de escribir solo sobre mis propios asuntos e intereses además de sobre mis propias virtudes, que son muchas y al parecer poseo porque , hasta hoy, que yo sepa, nadie me ha achacado de lo contrario, lo que me hace suponer, sin lugar a dudas, que muchos ya me consideran tan íntegro que incluso me otorgan el beneficio de llegar a la determinante conclusión propia de creerme a mi mismo el más asquerosamente perfecto de los mortales dada la intachable ecuanimidad de la que hago gala habitualmente.

Tornaré peligrosamente de nuevo a mi otra espectacular personalidad que tantos buenos resultados me otorgara en el pasado, desempolvaré otra vez mi vieja dentadura postiza de caña de bambú y, en la medida que pueda, comenzaré por ir dando dentelladas por doquier impregnando de mi mortal "curare" a todos aquellos cuellos que se pongan al alcance de mis afilados colmillos.

Os aconsejo que presten la debida atención a la fotografía que ilustra el texto y que es el en la actualidad la que verdaderamente se corresponde con el cambio ejercido de mi nueva personalidad.

Procurad no quedar al amparo de su dentadura postiza. Es mortífera de necesidad.

SANTO DOMINGO sin mácula

Mi gran amigo José Martín, como de costumbre, ha salido de nuevo a la terraza del Rancho Grande y después de lo NO visto me ha escrito inmediatamente para comunicarme una buena noticia que mucho tiene que ver con el convento de Santo Domingo.
Por fín, esta foto podrá volver a repetirse de nuevo en todo su esplendor. Sin ningún tipo de publicidad que mancille las blancas paredes del convento, por lo que me alegro profundamente.
Como rectificar dicen que es de sabios, no nos queda otro alternativa que la de felicitarnos por tan sabia decisión adoptada, lo que me obliga a retirar las suspicaces sopechas que en su día creí albergar en contra de esa corporación municipal. De esa manera, rectificando, todos seremos algo más sabios y más honestos.
Desde aquí quiero agradecer a quién corresponda el enorme placer estético que me provoca la contemplación desde San Telmo de este rincón entrañable del Puerto y del que tantos logros fotográficos he obtenido con mis cámaras.
¡¡Gracias!!

martes, 20 de enero de 2009

ALEGORIA PARA LA PAZ. (STOP WAR)

A lo largo de mi vida las guerras han venido sucediendose a razón de, más o menos, una por año sin que nadie consiguiera evitarlas antes de que se produjeran.
Esta composición fotográfica exigía gráficamente en su día la paz para el Vietnam. La he conservado porque, desgraciadamente, me seguirá siendo válida siempre que sea preciso exigir el cese de la violencia en la medida de mis escasas posibilidades.
El término "veterano/a de guerra" debería ser desterrado para siempre de nuestro vocabulario pero lamento mucho tener que afirmar que esta vieja composición fotográfica ya lo ha sido de tres grandes guerras distintas: Vietnam, Irak y, por último, Palestina.
¿Cuando podré, por fín, romper la foto?.

domingo, 18 de enero de 2009

AMERIZAJE EN LA BAHÍA DE SANTA ÚRSULA

El parecido entre la presencia de este avión, en tales circunstancias, y la relidad que narro, es pura coincidencia


Casi todos los niños de mi generación soñaron más de una vez con ser algún día aviadores.

Yo también, pero solo quedó en eso, en un sueño infantil.


Mi temprana afición por la earonáutica, pese a todo, se debió, precisamente, al haber contraido la enfermedad de la tos ferina mientras vivíamos en La Cuesta.

En aquella época, a los niños aquejados de aquel mal por falta de vacunación pertinente, los médicos aconsejaban respirar mucho aire puro lejos de las contaminadas ciudades y como quiera que mi tia Argentina vivía por entonces en el campo, frente al Aeropuerto de Los Rodeos, hasta allí nos desplazábamos para que yo tomara tan beneficiosos aires mientras me restablecía entretenído en observabar, embobado, tantos despegues y aterrizajes de otras tantas y distintas aeronaves.

No conseguí aquel sueño de pilotar un día un avión pero si que me jactaba, con sumo placer y arta frecuencia, de contar entre mis amigos con Francisco González de Ara, un verdadero y auténtico piloto, con el que hice amistad mientras él continuaba estudiando en la Academia del Aire de Zaragoza y yo hacía muchísimo tiempo que había ya descartado esa imposible esperanza.

Leyendo hace unos dias en el periódico la proeza llevada a cabo por el comandante Chesley evitando con su pericia la muerte de 155 personas gracias a un perfecto amerizaje en rio Hudson, acudió seguidamente a mi memoria el feliz recuerdo de algo milagrosamente parecido pero ocurrido en el año 1966 en aguas del Atlántico, en la bahía de Santa Ursula, a una milla y media, más o menos de la costa norte de Tenerife y cuyo protagonista no fue otro que un piloto español de la compañía Spantax a los mandos de un DC-3 aunque, a diferencia con el del americano Chesley, con solo 24 pasajeros a bordo de los que excepto uno pudo salvarse el resto.

Papel fundamental en el rescate de los supervivientes fue el desempeñado por los pescadores de la zona quienes aproximándose con sus barcas hasta el aparato siniestrado y escorado aún sobre la superficie del agua, lograron rescatar, antes de su definitivo hundimiento, a los pasajeros y a la totalidad de la tripulación con vida. El único fallecimiento no se produjo como consecuencia directa del amerizaje sino que debido a un ataque de histeria padecido por la gran tensión nerviosa provocada por el pánico, el pasajero se hundió junto con el aparato, pese a los denodados pero inútiles esfuerzos del propio piloto y una azafata por intentar salvarle la vida.

El resto lo podreis leer en El Pais de hoy domingo 18 de Enero de 2009
.

sábado, 17 de enero de 2009

NACIMIENTO DE UNA REPÚBLICA (......o erotísmo real. Real no de realeza, sino de auténtico)



.........MÁS, TURBÁNDOSE LETICIA ANTE LA PRESTANCIA DEL PRÍNCIPE, QUEDÓSE SIN ALIENTO.



¿Si las relaciones sexuales de los principes solo se hubieran quedado en eso, podríamos haber aspirado hoy al final de la monarquía?



Basado en una idea semántica, original de Antonio Dorta

viernes, 16 de enero de 2009

FIASCO en Barcelona (historia de la fotografía)

Corría la primera década de los años 70, cuando viviendo yo en Barcelona, por fín, sonó el teléfono de mi casa. Una agradable voz femenina que luego resultaría ser la secretaria de "El Goiko", como ya veremos más adelante, se interesaba vivamente por el anuncio publicado en el diario La Vanguardia en el que me ofrecía como fotógrafo free lance. Mi pretensión era la de poder vivir de la fotografía en adelante y esta supuso mi primera gran oportunidad para empezar a conseguirlo, pero no resultaría tan fácil como parece y menos para un provinciano como yo que a falta de la experiencia necesaria para sobrevivir en una ciudad tan truculenta como era Barcelona, solo podía aspirar a responder de una absoluta y total profesionalidad pero que, a la postre, tampoco serviría de nada.
Tal y como la joven secretaria me indicara, una mañana me presenté en un piso de la Avenida de Roma solo con mis cámaras fotográficas, el fotómetro y sin flash pero con unas enormes y muy fundadas esperanzas en alcanzar mi anhelado propósito. La joven me hizo sentar sobre una de las muchas y enormes pilas de periódicos que atestaban la habitación donde fui recibido y allí esperé pacientemente hasta que se produjera una nueva aparición. En una salita contigua, una mesa, sobre la que descansaba una vieja máquina de escribir además de un par de sillas de bajo respaldo era todo cuanto constituía el mobiliario que componía una siniestra oficina donde ella permanecía todo el rato escribiendo a, por lo menos, unas doscientas pulsaciones por minuto.
No más de tres minutos más tarde, o lo que es lo mismo, después de aproximadamente unas seiscientas pulsaciones, la joven dejó de teclear, la máquina de hacer ruido y junto a la secretaria entró el silencio acompañando a un nuevo personaje; varón, de gran estatura, acento vasco y completamente desnudo.
Al parecer, y así me lo hizo saber de improviso, el trabajo consistiría en una serie de fotos suyas sin ropas, destinadas a la promoción de una posible obra de teatro en ciernes o tal vez una película cuyo rodaje estaría a punto de comenzar en breve.
Nos pusimos inmediatamente manos a la obra. Él adoptando posturas más grotescas que teatrales para mi gusto y yo intentando encontrar ángulos imposibles en medio de tantas Vanguardias y trastos innecesarios esparcidos por el suelo; pero el milagro finalmente se produjo.
Una semana más tarde, tal como habíamos acordado, me presente de nuevo en el domicilio. Esta vez con unas pruebas en blanco y negro ampliadas a 18x24. El actor no se encontraba en aquel momento en casa pero su secretaria me rogó encarecidamente que dejase todo el material positivado y volviera sin falta al día siguiente a cobrar.
Volví al día siguiente, y al otro, y, también, al otro pero no solo es que nunca se encontrara El Goiko en casa sino que, además, tal y como empezaba yo a temer más que a sospechar, casualmente, siempre conseguía olvidarse de dejarle a su eficiente secretaria el importe en metálico del fruto de mi primer y escrupuloso trabajo. Y lo peor de todo es que las copias habían desaparecido misteriosamente y ya jamás tuve ocasión de recuperarlas.
Dejé pasar un tiempo más que prudencial y cuando acudí de nuevo, después de unas dos semanas, aproximadamente, al piso de la Avenida de Roma, ya no existía ni la improvisada oficina ni nada que hiciera suponer que aquella hubiera sido la vivienda de un actor de élite. Completamente resignado y abandonado a mi futura suerte, mi único y verdadero consuelo consistió en acudír en todo momento al auxilio del despreciable apelativo de "El Fantoche" siempre que hube de referirme a él y a quién culpo no solo de haberme hurtado mi primera gran oportunidad de trabajo serio en Barcelona, sino de haber cambiado con su grosera y mediocre actitud el curso de la azarosa vida de quién, como yo, quiso vivir dignamente de lo que mejor, en aquel momento, sabía hacer: FOTOGRAFÍAR.


Años más tarde pude enterarme de la auténtica profesión de "El Goiko". Tanta Vanguardia en su domicilio respondía al hecho de que, por aquel entonces, publicaba en tal periódico una crónica diaria o semanal, no recuerdo bién. Pero lo más estrambótico de su personalidad radicaba en el hecho de alternar este trabajo remunerado con el de Director de películas porno-eróticas rodadas en la Costa Brava y para cuyas promociones necesitó tal vez aquel material que negligentemente yo puse a su entera disposición y que nunca cobraría.

jueves, 15 de enero de 2009

STOP WAR


STOP WAR, originalmente cargada por zoilolobo.

Hoy, 15 de Enero de 2009, en el diario El Pais aparece publicado un artículo de MALÉN AZNÁREZ titulado "GAZA: si no lo contamos no existe".

Se lamenta Malén de que, en lo que se refiere a la guerra que se está produciendo en Gaza, los periodistas están sufriendo una censura digna de dictaduras como las de Cuba y China; como si tales censuras no se ejercieran del mismo modo, camufladas, bajo las supuestas democracias más o menos establecidas como, por ejemplo, la de la propia Israel.

¿Como puede ser tan ingenua Malén al creer que los judios deberían ofrecer la oportunidad de que pueda llevarse a cabo una garantizada libertad de expresión y/o información sobre el conflicto suficientemente objetiva cuando de todos es sabido que ni siquiera se están respetando los convenios de Ginebra establecidos en su dia?.

¿Acaso un pais que carece de los escrúpulos suficientes como para respetar el derecho a la vida de una población indefensa y acorralada en la franja de Gaza va a permitir al periodismo internacional ser testigo directo de la masacre que se está llevando a cabo con la indulgencia plenaria de las democracias eurepeas y de la ONU ?.

A mi sí que se me antojaría una gran paradoja el hecho de que mientras la población civil en Gaza siguiera cayendo víctima de los bombardeos indiscriminados de la aviación judia, un puñado de periodistas occidentales, perfectamente pertrechados para evitar el eufemisticamente llamado"fuego amigo" pudieran desplazarse a su antojo por territorio palestino exquisitamente mimados e invitados por Israel a divulgar no solo ya las morbosas imágenes que de por sí genera una guerra tan cruenta sino toda la supuesta información objetiva sobre el conflicto, exenta de toda censura, con la que serían posteriormente alimentadas todas las rápidas rotativas de los cientos de periódicos europeos.

Por lo tanto, no solo me parece una ingenuidad por parte de Malén sino además un acto de soberbia involuntaria pretender que bajo el respeto que se debe a la libertad de expresión y al derecho a informar que le confiere su profesión, el conjunto internacional de periodistas pudiera moverse libre y tranquilamente con el derecho a sus vidas garantizado por el gobierno de Israel mientras cientos de palestinos, mujeres, ancianos y niños, caen cada día víctimas indiscriminadas de los bombardeos de los tanques y la aviación judia.

En este cotexto, la profesión no se encuentra por encima de la vida. La vida de un periodista tiene el mismo valor que la vida de un palestino. El ejercicio del periodismo no debe convertirse en un mero salvoconducto para conservar la vida en medio de un conflicto bélico como el que nos ocupa.

miércoles, 14 de enero de 2009

A mi amigo DORTA

Apreciado Dorta:
He traido hasta aquí una de tus últimas fotos con la única intención de llamar la atención sobre la naturaleza de tu magnífico Blog en el que, sin embargo, echo de menos últimamente tus ocurrentes entradas personales que tanto interés despertaban y que tanto nos divertían.
Desde mi Blog te insto amistosamente a que continues con aquella tónica de libre expresión que tanto nos entusiasmaba. Te lo ruego aunque sea a riesgo de que vuelvas a ampararte en la elegante figura de Sir Stanley. Ya sabes que para cualquier Stanley que se precie, siempre tendrás en mí un sincero Livingston que lo provoque.
Por cierto, Stanley, he vuelto a atravesar España camino de Afrika y me he sorprendido muchísimo al comprobar como un pais de las características folklóricas de esta península ibérica ha conseguido en tan poco tiempo ponerse a la altura de las circunstancias tecnológicas que imperan en el mercado internacional de la informática y sus derivados.
He sido objeto de un regalo verdaderamente excepcional. Un jamón de pata negra recargable. Una vez consumida su sabrosísima carne y hayas llegado por fín al hueso, vuelves a embutirlo de nuevo en su funda original de tela y extendiendo el cable que parte desde un extremo de la pezuña, lo enchufas a la corriente eléctrica mediante un pequeño dispositivo diseñado especialmente para ello y, en solo unas horas, podrás disponer de un jamón nuevo, henchido totalmente en el interior de su envoltorio de malla. Magnífico, ¿no te parece?.

P.D.
Procura que no te den "gato por liebre". Si el cerdo está aún vivo, solo tienes que mirarle a los ojos para comprobar si es o no japonés. ¡No lo olvides!

martes, 13 de enero de 2009

HORMIGÓN SOBRE EL BAJÍO

Contemplando esta fotografía con la tranquilidad que merece el recuerdo y desde la perspectiva que le otorga el tiempo, recapacito de nuevo sobre la conveniencia o no llevada a cabo por quienes hubieron de tomar una decisión tan drástica sobre la conversión de la costa de Martianez en el complejo urbanístico que dió como resultado las, para mí, cotrovertidas piscinas. No se yo si Cesar Manrique, desde esta misma perspectiva en el tiempo, hubiera aprobado un proyecto de estas características en detrimento de los numerosos bajíos por donde tantas veces transité a pleno sol porque en la noche, las móviles ánimas iluminadas, suspendidas en la oscuridad, solían deambular a su antojo sobre las rocas, provocando el pánico entre los que como yo, recien llegados, carecíamos totalmente de aquella otra cultura de costas que después de aprendida nos haría saber que tales fantasmas no eran otros sino los experimentados pulpeadores que, amparados en la oscuridad, en una mano la antorcha y armados de su potera en la otra, hacíanse con un riquísimo botín de tiernos cefalópodos que en los días posteriores serían presumiblemente consumidos por los paladares más genuinos del Puerto de la Cruz, incluido el mio.
Hasta allí me acompañaron estos músicos de la Discoteca Bali a quienes hice partícipes de mis más serias dudas respecto del futuro que le esperaba a aquel trozo de litoral tan característico y singular y que, aún hoy, continua fijado en mi retina del mismo modo que fijada ha quedado, sobre el bajío para siempre, la plancha de hormigón armado vertido bajo la que permanecerán definitivamente sepultadas y en silencio aquellas ánimas errantes, móviles e iluminadas que por primera vez en el Puerto me acercaron hasta ese misterio que encierra la cultura del mar y que yo, ignorante, lamenté desconocer hasta entonces.

lunes, 12 de enero de 2009

CONVENTO DE SANTO DOMINGO desde San Telmo

Me temo que esta hermosa fotografía ya no volverá a ocurrir. Y ya no volverá a ocurrir no sólo porque, como dije en cierta ocasión, la ola ya no volverá a ser la misma, las palmeras y el drago continuarán creciendo con el tiempo y el tiempo se habrá antojado distinto e implacable contra los seres vivos, contra nosotros, sino porque el convento de Santo Domingo no se merece haber sido mancillado de tal manera por un ridículo anuncio publicitario que ocupa todo el paño de una de las paredes más visibles del sobrio edificio en beneficio de un negocio que, en mi opinión, ya dispone de otros muchos canales de promoción como para alterar ahora el orden natural de lo establecido desde hace mucho más de un siglo (si no estoy equivocado).
Mi gran amigo José Martín ha tenido la amabilidad de advertirme sobre tamaña aberración y me hago cargo del dolor que le causa tan disparatado efecto porque, desgraciadamente, desde su puesto de trabajo, la visión que se tiene del convento y su hermoso entorno es muy parecida a la de la foto que ilustra este modesto comentario sin que ningún elemento ajeno a su propio contexto mancille gratuitamente la magnificidad de tan particular paisaje de tanto valor ecológico.
¿Acaso las autoridades responsables del cuidado del patrimonio artístico y cultural del Puerto de la Cruz habrán podido ser compradas en beneficio de una empresa que ya de por sí tiene una proyección publicitaria que medio mundo conoce y que se supone que, para que su negocio siga siendo rentable, no necesita unos pocos metros cuadrados de pared de un edificio tan emblemático?.
No es necesario que me lo digais; No es dificil adivinar quienes pueden ser los culpables de tal ultraje porque supongo que los responsables de tal delito contra el patrimonio cultural no se encuentran precisamente dentro de la gran empresa anunciadora sino, con toda seguridad, en el interior de alguna determinada dependencia del Exmo. Ayuntamiento del Puerto de la Cruz que, a la postre, son quienes hayan concedido el improcedente permiso, permitiendo con él llevar a cabo tan magnífica aberración.

sábado, 10 de enero de 2009

"EL CHILENO"

Si he de ser franco, nunca supe su verdadero nombre aunque su popularidad estaba fuera de toda duda.
Esta foto fue tomada durante las últimas vacaciones que pasé en el Puerto de la Cruz. Conociendo el interés que yo tenía en fotografiar el "embarque"de la Virgen del Carmen, "El Chileno" se ofreció amablemente a facilitarme un lugar privilegiado en el piso superior de la Real Aduana desde donde, a través de un amplio ventanal, se divisaba perfectamente el muelle y sus aledaños. Al parecer, su vinculación entonces con el Ayuntamiento como concejal, según creí entender, le permitía el acceso indiscriminado al inmueble de cuya restauración habiase responsabilizado, por fín, el consistorio. Me pareció el marco idóneo para fotografiarle. Dadas las ansias de notoriedad que creí advertir en él tras haber alcanzado cierta responsabilidad política, decidí fotografiarlo a guisa de emperador romano. Para ello le hice acomodar junto a la ventana desde donde podría contemplar sin dificultad alguna, desde lo alto, a toda la plebe acicalada para la fiesta desplazándose hacia los actos circenses que tendrían lugar en los alrededores del muelle antes del magnífico embarque de la Virgen.

ACLARACIÓN

Acabo de recibir por E-mail una información de un "ANÓNIMO" que me informa de lo siguiente:
"El chileno no ha sido jamás concejal del Puerto, Gracias a Dios!!. El fue el culichichi de un concejal del PP, Carballo, y es de los personajes más turbios del Puerto. Aléjate de él.

En principio debo decir que no me gustan los anónimos y que en este mismo Blog existen unas entradas para expresar cualquier tipo de opinión en pro o en contra de lo que aquí se declara pero, en cualquier caso, gracias por la advertencia.
La reputación de "El chileno" ha sido de siempre por muchos sobradamente conocida pero la discreción que cultivo solo me invita a opinar de sus actos más benignos, como es el detalle que me dispensara hace unos años para la obtención de unas magníficas fotografías.
Por lo demás, la actitud de la foto deja entrever claramente la opinión que me merece desde el punto de vista político.
Por último, solo me resta declarar que no es necesario que dicho anónimo me inste a alejarme de él cuando, en realidad, "El chileno" y yo jamás hemos tenido la más mínima proximidad y mucho menos ahora que me encuentro a más de 3.000 Km. de distancia del Puerto de la Cruz.
Simplemente me he limitado a constatar un hecho acontecido hace ya unos años y del que fue único protagonista.

ESTACIONES

Los cambios de estaciones en Gerona, donde vivo, se suceden regularmente coincidiendo, como es natural, con el movimiento de traslación de la Tierra. Aquí he contrapuesto dos fotografías tomadas desde el mismo ángulo pero en distintas estaciónes del año que dan testimonio elocuente de lo extremado de las temperaturas en esta zona próxima a la Costa Brava. La foto inferior corresponde a las últimas nevadas caidas esta misma semana en cotas tan bajas del territorio catalán.

viernes, 9 de enero de 2009

HUMOR: GONE WITH THE WIND


HUMOR: GONE WITH THE WIND, originalmente cargada por zoilolobo.

"Lo que el viento se llevó" fue una película que jamás pude acabar de ver. El motivo exacto de tal coincidencia ni siquiera me lo planteo. Seguramente no me parecía tan imprescindible como lo era llegar hasta final de El Quijote, por ejemplo. Lo cierto es que por una razón u otra no conseguí jamás ver el final aunque en honor a la verdad debo decir que me lo habrán contado mil y una veces.

Como ya intuís, algo parecido también me ocurrió de joven con el famoso libro de D. Miguel de Cervantes hasta que, ya de mayor, tomé la sabia decisión de aventurarme hasta la última página pero con "Lo que el viento se llevó", nunca pude, de verdad.

Pero hoy día, con la crisis que todos estamos padeciendo, resultaría casi imposible que un juramento como el emitido en la película por aquella Scarlette O'Hara con la melena al viento se hiciera realidad, ¿Recordais el Juramento?:
"Juro que jamás volveré a pasar hambre" o algo así.

Dadas las circunstancias, he llegado a pensar si no convendría bautizar a esta crisis como "LO QUE EL VIENTO NO SE LLEVÓ" en alusión al hambre que habremos de soportar todos a partir de ahora

jueves, 8 de enero de 2009

....ya es la hora


....ya es la hora, originalmente cargada por zoilolobo.

¡ATENCIÓN, por favor!.
No se por qué razón tengo el CORREO desconfigurado y no puedo enviar mensajes aunque sí recibirlos. Ruego disculpen las molestias que les ocasiono con la avería. Si alguno cree que me niego a contestarle, se encuentra en un lamentable error.
GRACIAS POR VUESTRA PACICENCIA.

martes, 6 de enero de 2009

7 de ENERO: NIEVE en Gerona

Este es el aspecto que ofrecía esta mañana los aledaños de nuestra vivienda en Gerona. Como puede apreciarse, la nieve había descendido a cotas mucho más bajas que las de costumbre.
Como quiera que normalmente madrugo, he salido temprano al jardín a inmortalizar con mi cámara el entorno.

CARMEN- Año nuevo 2009

Con la entrada del año nuevo, las temperaturas en Cataluña descendieron del tal modo, que hemos tenido que recurrir a lo más abrigado de nuestra ropa de invierno para mitigar el frio reinante.

En estos casos, las familias aprovechan la excepcionalidad ambiental para fotografiarse con un atuendo que en contadas ocasiones nos permitimos lucir. Tal es el caso

lunes, 5 de enero de 2009

LUIS ESPINOSA PEÑA, podólogo y amigo

¿Que puedo decir de mi querido amigo Luis que no sea todo agradecimiento y parabienes hacia su persona por su desinteresada amistad, por nuestra mutua y larga convivencia en Barcelona, por su tolerancia, por su capacidad de trabajo, por nuestras noches en Zeleste, por los paseos en las Golondrinas (donde está tomada la foto), por su presencia en la Bodega de "El Carlos", por los actos en el Instituto del Teatro y las tertulias con sus actores y bailarines, por las comidas en el Retaurante Sopeta Uno , por los encuentros con su su primo Pepe Rodríguez (médico en el Hospital de S. Pablo) y por muchísimas otras actitudes suyas siempre positivas y optimistas, tanto en Canarias como en la Ciudad Condal.

Poca gente sabrá que Luis se conocía Barcelona como la palma de su mano y ello como consecuencia de su trabajo como practicante mientras continuaba estudiando podología. Se desplazaba con una moto de 250 cc. con tanta rapidez como urgencia necesitaba el enfermo afectado de modo que el callejero de aquella gran ciudad se lo sabía de memoria y mejor que la mayoría de barceloneses. Me atrevería a decir que Luis, por haberles pinchado en la nalga, conoció entonces a más de un 15% de los millones de culos que poblaban Barcelona. ¡¡Curiosa forma de conocer la metrópoli".

Quiero rendirle en vida mi más sincero homenaje con esta corta crónica que ni siquiera resume la gran humanidad que la figura de Luis destila todavía en mi memoria y hacerla además extensible a su esposa y a sus hijos en los que ha encontrado paz, sosiego y felicidad.

domingo, 4 de enero de 2009

EL CADILLAC y José Carlos, el pintor

Del Cadillac de José Carlos no conservo ninguna foto. Solo he encontrado esta en la que aparece el pintor con su "MORGAN" durante el transcurso de unos carnavales en el Puerto de la Cruz.
La crónica que cito a continuación tiene su origen en una anécdota acontecida durante un traslado a casa por parte de José Carlos en su flamante Cadillac.

Yo observaba aquel firmamento que se desplazaba lentamente sobre mi cabeza sin llegar a creer que aquellos miles de puntos brillantes que ahora contemplaba correspondieran a la luz desprendida de las estrellas viajando hacia nosotros a gran velocidad. Mas bién me parecían diminutos orificios practicados en la gran bóveda celeste a través de los cuales se filtraba la intensa luz del otro lado; del lado que se supone debía estar la Gloria.

Esta curiosa impresión la arrastraba desde que, siendo muy niño, solía acudir por Navidad a la Clínica de San Juán de Dios en Vista Bella con la única ilusión puesta en presenciar el enorme y hermosísimo espectáculo que constituía el Belén que, como cada año, los hermanos construían exprofeso para complacencia de todos los niños de Tenerife. Cuando en el Belén anochecía, yo quedaba boquiabierto al contemplar, como me ocurría ahora, aquel firmamento cuajado de cientos de diminutas y rutilantes estrellitas parpadeando en la oscuridad. Lamentablamente, habiendo ya alcanzado los diez años de edad y en vista de que yo continuaba sin lograr salír de mi propio asombro ante tamaño milagro, un desalmado adulto de la Cuesta se atrevió a desvelarme el gran secreto mejor guardado de la orden. Me confesó sin el menor escrúpulo que los hermanos de S. Juán de Dios, con el propósito de conseguir aquella telúrica mágia y sorprender a los inocentes como yo, solian practicar una numerosa serie de agujeritos diseminados por toda la superficie de la bóveda celeste construida a tal fín y que merced a la gran iluminación ejecutada al otro lado del cielo, donde siempre supuse que debía encontrarse la Gloria, su nítido resplandor se filtraba impune a través de ellos, convertidos ya en falsas estrellas, ocasionandome entonces la misma sensación celestial como la que ahora me embargaba, mientras mi cabeza reposaba blandamente en el respaldo del Cadillac que, conducido por José Carlos, circulaba lentamente y en silencio en dirección a La Orotava a través de la oscura carretera del Botánico. Junto a mí viajaba Carmen quién, a medida que yo le iba confiando mis impresiones durante el trayecto, continuaba escudriñando, con la vista fija en el firmamento, las razones de tanto entusiasmo por mi parte.

Los faros barrían las sombras sobre el asfalto y el cielo, que corría en dirección contraria al Cadillac, fue perdiendo velocidad por momentos hasta detenerse completamente al tiempo que el propio gran automóvil. José Carlos giró entonces la cabeza y mirándonos por encima de la montura de sus gafas, con un mohín de asombro en su rostro, exclamó lo que ya Carmen y yo nos temíamos:

-Nos hemos quedado sin gasolina.

Habíamos rebasado ya Las Arenas y dejado atrás la conocida gasolinera. Nos encontrábamos detenidos en medio de la noche y en una estrecha y empinada carretera que conducía al Restaurante La Playita, cerca del cual se encontraba nuestro domicilio, una gran casa de campo alquilada, perteneciente a una rica familia de la alta burguesía de la Orotava y que compartíamos con Lelo Camacho y su esposa Nuria.

El Cadillac era más largo que el ancho de la empinada carretera con lo cual ni siquiera empujando podíamos haberle hecho cambiar de sentido tal y como hubiera sido nuestro deseo y orientarlo cuesta abajo para que, aunque fuera con su propia inercia y en punto muerto, haber podido alcanzar sin grandes dificultades la gasolinera de Las Arenas.

De la misma forma que José Carlos se ofreciera para llevarnos amablemente a casa a bordo de tan magnífico automóvil, se ofrecería asímismo a desplazarse a pie hasta la gasolinera en busca de combustible mientras Carmen y yo nos quedaríamos al cuidado del precioso Cadillac

Llegó el momento de las reflexiones y mi mujer y yo estuvimos completamente de acuerdo en que, en ese sentido, un Cadillac no se diferenciaba en absoluto de un 600. Ámbos necesitaban el mismo combustible para ponerse en marcha con la única salvedad de que habiéndose tratado de un vehículo más pequeño hubiéramos conseguido lo que con el Cadillac resultó imposible: orientarlo cuesta abajo

¿Para qué buscar la Gloria más allá de las estrellas si ya José Carlos nos había concedido el privilegio de viajar en una vieja Gloria de la automoción, en un Cadillac rosa y a azul de los años 50 como aquel que se había detenido por falta de combustible en una empinada carretera de la Orotava?.

Durante su ausencia, Carmen y yo especulamos sobre nuestro futuro, sobre su embarazo y nuestro primer hijo que resultaría ser una niña, Dácil. Coincidimos sobre la dicha de haber viajado, gracias a la generosidad de José Carlos, en un Cadillac automático y descapotable bajo un cielo oradado de agujeritos donde suponíamos que detrás se escondia la Gloria a la que creíamos tener también derecho , sobre todo en una noche tibia como aquella de primavera, en la que una suave brisa agitaba mansamente las enormes hojas de las plataneras, proyectando alargadas sombras móviles sobre la irregular superficie del camino mientras nosotros descansábamos esperando el regreso de José Carlos.

Casi una hora le llevó a José Carlos la ida y vuelta desde las Arenas pero finalmente regresó con un recipiente metálico repleto de gasolina con la que felizmente alimentó a su Cadillac bicolor, descapotable, de cuatro ruedas y automático para proseguir un viaje al que solo le restaban no más de cuatrocientos metros cuesta arriba.

A pesar de todo, Carmen y yo nunca olvidaremos aquella simpática anécdota nocturna a bordo de una Cadillac y cuyo auténtico protagonista no fue otro que el conocido pintor José Carlos quién, por intentar agradar como era siempre su deseo convertido ya en costumbre, resultó ser víctima de su propia desinteresada amabilidad al verse envuelto, por una falta de previsión por su parte, en este curioso incidente del que seguramente y a pesar del largo tiempo transcurrido no habrá conseguido nunca olvidar y que con toda probabilidad recordará con el mismo entusiamo con el que lo hacemos también nosotros ahora.




SALVADOR GARCÍA LLANOS

La razón por la que aquel día de aquel año tomé la decisión de captar esta instantánea aún no me la explico. Quizás aquel joven comodamente sentado en el banco despertara mi curiosidad por la forma tan relajada de permanecer atento a cuanto acontecía en su más inmediato entorno, la Plaza del Charco.
O tal vez, presumiblemente, y debido a una inconsciente intuición del futuro que yo ya le auguraba, hubiera querido por mi parte inmortalizar su indiscutible juventud en esta tranquila fotografía de pueblo.
Salvador y yo no manteniamos una relación amistosa que pudiera considerarse de lo más íntima pero lo más probable es que yo estuviera ya al tanto de sus progresos como periodista y que fuera esta la verdadera razón por la que me hubiera visto, finalmente, movido a fotografiarle.
La foto la he vuelto a encontrar hoy por casualidad entre las numerosas que poseo de muchos de los ciudadanos del Puerto: anónimos, populares, pintorescos, característicos, famosos, etc.
Las casualidades de la vida han hecho, sin embargo, posible que hoy, pese a la gran distancia que nos separa, cultivemos una amistad mucho más íntima si cabe que la que entonces manteniamos y ello a pesar, incluso, de haber sido tal distancia, entonces entre nosotros, mucho más estrecha que la que mantenemos en la actualidad con lo que se plantea una curiosísima paradoja por la que se puede llegar facilmente a la felíz conclusión de que la calidad de la amistad, o esta en si misma, jamás estará en función solamente de la mayor o menor distancia entre los protagonistas sino que dependerá, en gran medida, de otros distintos factores tecnológicos, característicos de la civilización del siglo XXI, como puedan ser, en este caso concreto, la informática, Internet, los Blogs, el correo electrónico, etc, etc, etc., pero, naturalmente, pueda haberse debido ,asímismo, a factores fundamentalmente humanos, como pueda ser la recíproca voluntad de coincidir en querer ser, simplemente, buenos amigos

sábado, 3 de enero de 2009

JULIAN, pintor y el "NIÑO LLORANDO"

Julian, madrileño como José Carlos y gran amigo de este, también era pintor. Cultivaba el retrato al óleo primorosamente. Gran amante de la música y, en especial, del flamenco en cuya comunidad no solo era siempre bien recibido sino, además, aceptado.
Vivió en distintos sitios del Puerto pero, en cualquier caso, siempre en su casa había un espacio destinado a estudio y donde además de a los modelos, recibía a la totalidad de sus amigos, que eran muchos y distintos.
Por no extenderme demasiado, también apuntaré que Julián, junto a José Carlos y en mi compañía, fue protagonista de esa media docena de celebradas e inolvidables anécdotas de las que ya he hecho referencia en distintas ocasiones.
Julián poseía una personalidad tan inquietante que en ocasiones rayaba el desconcierto. Posiblemente ello se debía a una extraña habilidad que hasta entonces yo no había descubierto todavía y que jamás llegaría a descubrir si un buen día no me hubiera confesado la gran capacidad de poder hipnótico que era capaz de desarrollar.
En cierta ocasión en que nos encontrábamos reunidos en el estudio habilitado de su nuevo domicilio algunos músicos y otros tantos bailarines de flamenco, a Julian se le ocurrió la peregrina idea de demostrar su precisa y turbable habilidad y con el consentimiento previo del bailarín que se ofreció voluntario al ensayo consiguió dejar a este tan profundamente dormido que, antes de que se consumiera el minuto que el resto de los allí presentes habíamos puesto como condición previa a la sesión de hipnosis, ya había caido al suelo desde el sofá donde anteriormente había estado comodamente sentado. Naturalmente, cuando volvió en sí ni creyó ni se acordaba siquiera de lo que le había sucedido lo que despertó la hilaridad de todos los allí presentes.

Por último, recordar que, en el pequeño jardin que rodeaba la ermita de San Telmo, un intermediario vendedor de cuadros llamado Jesús, de origen gallego, solía exponer siempre, entre todos los demás, el retrato hiperrealista de un niño llorando y sobre cuyas mejillas resbalaban dos perfectas y cristalinas lágrimas de amargura. Ese "niño llorando" se convertiría, comercialmente hablando, en la obra cumbre de Julián y el cuadro, que además llegó a ser muy popular, conseguió también ser el que mejor y más rapidamente de todos se vendía por lo que no resultaba nada extraño escuchar al intermediario implorar, más que exigir al pintor una vez vendido el último, su nuevo "niño llorando", pues era realmente lo que le daba para seguir viviendo.

JOSE CARLOS, su hija y mi muñeca

Me he enterado del grave accidente sufrido por José Carlos y del que, según me confirman, se recupera lentamente pero bién. Desde Barcelona le deseo un pronto y total restablecimiento.

La gran fantasía que en ocasiones derrochaba José Carlos era, para muchos, uno de los rasgos menos conocidos aunque característico de su rica y asentada personalidad que rara vez mostraba en público. Sin embargo, cuando se trataba de colaborar con otros amigos suyos en algún proyecto de tipo artístico no ponía ningún reparo en manifestarla y en ofrecerla espontáneamente acudiendo en nuestro auxilio como es el caso que nos ocupa, ocurrido durante una divertida sesión fotográfica, en un plató improvisado, que tenía como objetivo un reportaje infantil sobre su bellísima y simpática hija.



Fuimos, además, por entonces, protagonistas involuntarios de algunas curiosas y suculentas anécdotas, acontecidas durante aquellos años en los que mucha gente coincide en considerar como la "ÉPOCA DORADA" del Puerto de la Cruz y que, a pesar del largo tiempo trancurrido, a buen seguro, José Carlos no habrá olvidado del todo todavia por haber sido él uno de sus principales actores aunque gracias a su bien conocida discreción no dará, seguramente, lugar a que dichas anécdotas lleguen a alcanzar status de dominio público.

Es probable que a las nuevas generaciones no les diga nada el nombre de José Carlos pero este gran retratista, afincado a la sazón entre nosotros, contribuyó de manera eficaz a la proyección del nombre del Puerto de la Cruz más allá de nuestras estrechas fronteras utilizando como vehículo propio los numerosos retratos efectuados a otros tantos clientes y modelos que a menudo hubieron de guardar cola hasta obtener tamaño privilegio. Nadie mejor que él podría explicar en que consistió su peculiar manera de promocionar y promover actuaciones encaminadas a mantener ese espíritu tan elegante que, en su tiempo, caracterizó al Puerto.

Esa elegancia empezaba por él mismo y su entorno. Comodamente sentado en la terraza del Café de París, rodeado de cuanto precisa un buen retratista para ejercer su trabajo, incluído un intérprete, se entregaba por entero a su arte mientras en el interior del establecimiento otro no menos artísta, Leopoldo Ortí, aunque en distinta displina, nos deleitaba a lo largo de la noche con un interminable y "glamuroso" repertorio de conocidísimas y frescas melodias extraidas primorosamente del alma de su gran piano de cola hasta crear la magia, imposible de disociar, entre su propia maravillosa música y la no menos exquisita pintura de José Carlos.

Entre música, pintura, un excelente y profesional servicio que nos aprovisionaba, -como en las películas,- de algún que otro Dry Martini de tanto en tanto y confortablemente instalados, dejábamos pasar el tiempo bajo un cielo completamente estrellado mientras los neones de la Avenida de Colón parpadeaban colores sobre el océano majestuoso.

viernes, 2 de enero de 2009

EL "GRAN" PEPE REYES (La Orotava)

Debo ser de los pocos de mi generación cuya vida transcurre paralela y sin graves problemas a la evolución de la técnica de la informática porque desde que me he asomado a las ventanas de muchas pantallas de ordenador a través de mi Blog, de la galería Flickr, de Picasa, etc., solo los hijos de mis viejos amigos parecen ser los únicos en haber encontrado la forma de ponerse en contacto conmigo sin dificultad alguna.
Esta vez le ha tocado el turno a TANIA, hermana de Rocco e hija de mi buen amigo Pepe Reyes, quién me ha dejado un cariñoso mensaje en la galería de fotos de PICASA, donde, por cierto, hacía muchísimo tiempo que no entraba por haberle concedido mayor preferencia a FLICKR, su competencia.
Aparte de su innegable atractivo físico, lo que le granjeó gran cantidad de admiradoras en su juventud, Pepe conservó además, bajo mi punto de vista, una grandísima virtud que le hacía extremadamente humano a pesar de su gran envergadura: su INOCENCIA.
Desde aquí le doy las gracias a toda esa especie de "sobrinos" que me honran con sus visitas movidos seguramente por la curiosidad de pillar a sus padres "in fragantis" durante los años en los que ni siquiera la mayoría de ellos habían sido aún concebidos.
Pero estaros tranquilos porque vuestros padres, a los que fotografié en muchísimas ocasiones y en muy distintas actitudes, éstas nunca fueron susceptibles de haberles atribuído ningún hecho punible o delictivo del que tuvieran que haberse arrepentido y que hubiera podido manchar vuestra natural y santa inocencia.
Envío, pues, un cariñoso saludo a esa pléyade de "sobrinos" que en Flickr supieron ver en sus padres y familiares a mis auténticos amigos de juventud y en especial a Loli Pérez, Sarita-agua, Sara Torres, Tania y su hermano Rocco y a tantos otros que aún no se habrán puesto en contacto conmigo pero a los que espero de manera incondicional.

jueves, 1 de enero de 2009

EPITÁFIO


EPITÁFIO, originalmente cargada por zoilolobo.

Primer autorretrato del 2009 tomado en S. Feliu de Guixols la mañana del 1 de Enero de ese año.

Happy New Year


Happy New Year, originalmente cargada por zoilolobo.

Nos retiramos bién temprano y bién temprano nos despertamos. Luego de cumplir su cometido y de tragarnos las uvas, sombreritos y matasuegras fueron abandonados a su suerte bajo la cama para irnos a dormir plácidamente.
No hubo necesidad de braguitas rojas ni la ayuda de la Biagra para que todo lo demás aconteciera según lo previsto y según lo previsto pensamos abordar este nuevo año que hemos bautizado como el 2009.
Los perros, inquietos, ladraron a la mañana de un nuevo año rescatando de la penumbra los sombreritos y matasuegras abandonados la noche anterior hasta convertirlos luego en numerosos trocitos de cartón de distintos colores a base de certeras dentelladas.
¿Malos augurios?. No, en absoluto. El perro siempre será fiel a su propio instinto y gorritos y matasuegras cada año dispondrán de unas vidas efímeras cuyo principal objetivo no es otro que el de pertenecer a un surtido cotillón con el único propósito de intentar molestar al máximo a los demás y a los perros en particular.